El cubano Loah Linares duerme en la acera, a solo metros de la casa de los Dodgers de Los Ángeles (California), pero aún no ha logrado entrar, como ha soñado toda la vida.
Linares lleva 19 días aguantando frío y hambre, esperando que un cazatalentos le consiga la oportunidad de demostrar sus cualidades como pelotero.
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“Es un sacrificio que estoy dispuesto a tomar, ya que estoy buscando mi sueño, para poderme ayudar a mí mismo, ayudar a mi familia en Cuba”, asegura.
Linares llegó hace un par de años de la isla caribeña con el sueño de convertirse en jugador de las grandes ligas.
A sus 22 años, no deja de entrenar ni un solo día su técnica de bateo, y por el momento, no se mueve de esa esquina del estadio.
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El joven deportista está determinado a que le den una oportunidad, tanto así, que ya intentó colarse en los entrenamientos de los Dodgers, pero la seguridad del estadio se lo impidió.
Durante el mes de enero, la liga profesional de béisbol lleva a cabo entrenamientos abiertos en Arizona en busca de nuevos prospectos.
Y aunque son muy pocos los elegidos, Linares dice que de juntar dinero, viajaría hasta allí en busca de continuar su sueño.
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