Los Angeles Lakers se impusieron el miércoles a los Washington Wizards (120-125) en un partido de vaivenes que los de Anthony Davis y LeBron James controlaron aunque no pudieron rematar hasta el final.
Los Lakers (44-33) cerraron con su quinta victoria una gira de seis partidos a domicilio de la que salen luchando por escalar posiciones en la Conferencia Oeste de la NBA, en la que van novenos.
Después de empezar perdiendo, los Lakers lograron cómodas ventajas en el primer, tercer y último cuarto, pero dejaron que los Wizards, que venían de ganar a los potentes Milwaukee Bucks, se acercaran cada vez.
El entrenador Darvin Ham había dado entrada a los menos habituales a dos minutos del final de un partido que daba por ganado, pero a 17 segundos los sentó para dejar que Anthony Davis y LeBron James resolvieran el partido.
Ham dijo en rueda de prensa que fue un "momento de aprendizaje" para los suplentes.
Davis fue el mejor de los Lakers con un doble-doble de 35 puntos (19 en el primer cuarto) y 18 rebotes. James aportó 25 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias.
Deportes
El máximo anotador de los Wizards (15-62) fue Jordan Poole, con 29 puntos, aunque su balance +/- fue el peor del equipo con -32. Los Wizards están a una sola derrota de igualar su peor temporada cuando aún les faltan cinco partidos por jugar.
Las dos caras de los Wizards
Los Washington Wizards salieron a la pista con la confianza que da haber tumbado en la víspera a los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo (117-113), pero el equipo capitalino no tardó en mostrar su cara habitual esta temporada.
En esos 4 minutos iniciales que duró el espejismo, los Wizards se pusieron 19-8, pero Los Angeles Lakers solo necesitaron un tiempo muerto para cortarles el ritmo.
Lebron James hizo su única canasta del primer cuarto para poner por delante a los Lakers 21-23, dentro de un parcial de 2-18 de desconexión total de los Wizards.
El cuarto se había teñido de amarillo, gracias sobre todo a un Anthony Davis muy dominante en la pintura que anotó 19 puntos y dejó un 29-39 en el luminoso.
Ham dejó a Davis en el banquillo para empezar el segundo cuarto y los Lakers flaquearon dejando que los Wizards estrechasen la brecha. 51-53 llegaron a ponerse los locales, pero no supieron consumar el esfuerzo.
Poco a poco los Lakers volvieron a ampliar su ventaja y cerraron el marcador al descanso en un 60-67 que dejaba a los Wizards como ganadores del cuarto (31-28) pero con mucho trabajo por hacer si querían repetir la hazaña del día anterior.
Un espejismo llamado Washington
Los Lakers se tomaron en serio el aviso de los Wizards y en menos de dos minutos del segundo tiempo pusieron una máxima ventaja de +14 (62-76) en el marcador. Brian Keefe pidió tiempo muerto pero el mal ya estaba hecho.
Los californianos supieron jugar con ese colchón durante todo el tercer cuarto, acertados en ataque (56 % de tiros de campo, 14 de 25) y dominantes en el rebote (10-15).
Cuando sonó la bocina los Lakers iban por delante 86-101 y el lenguaje corporal de los jugadores locales era de derrota.
Pero la ilusión volvió al Capital One Arena cuando ya nadie la esperaba con dos triples seguidos del recién llegado Tristan Vukcevic. Los Wizards devoraron la ventaja de los Lakers hasta un 101-103 que les devolvía al partido con mucho por jugar.
La reacción de los Lakers al sentir el aliento de los Wizards en la nuca fue la misma que en el segundo cuarto: apretar el acelerador. Los Wizards no llegaron a inquietar a los californianos, que con aparente facilidad volvieron a ponerse a 14 faltando dos minutos para la bocina.
Darvin Ham tuvo que volver a sacar a sus titulares a 17 segundos cuando ya había dado entrada a los suplentes, que habían permitido que los Wizards se acercaran 120-125 y con posesión a su favor. Al final, todo quedó en un espejismo.