LOS ÁNGELES — Cuando falta sólo un mes para el Super Bowl, los preparativos de su realización avanzan a toda velocidad para lo que será el regreso del máximo evento de la NFL al lugar donde dio inicio.
Tanto representantes de la NFL como organizadores locales aseguran que el partido por el campeonato se quedará en la zona de Los Ángeles.
La NFL no tiene planes para llevarse el Super Bowl a Arlington, Texas, ni a otra ciudad a pesar del reciente aumento de casos de COVID-19 y las medidas sanitarias de California, confirmaron el jueves los directivos en el SoFi Stadium durante un acto de prensa con motivo del mes previo al 56to Super Bowl que se disputará el 13 de febrero.
“Todos nuestros planes para la semana del Super Bowl seguirán vigentes durante un mes a partir de hoy”, dijo Katie Keenan, directora sénior de operaciones de eventos de la NFL. “Estamos trabajando con todos aquí, con el Departamento de Salud del condado Los Ángeles, para garantizar que todos nuestros eventos se efectúen en forma segura”.
El primer Super Bowl se disputó en el Coliseum, en el centro de Los Ángeles, en enero de 1967. La 56ta edición se jugará por primera vez en el estadio de dos años de antigüedad del propietario de los Rams de Los Ángeles, Stan Kroenke, inaugurado en el verano de 2020 al sur de Los Ángeles.
El estadio tiene un diseño único para que sea abierto o cerrado. Incluye un techo translúcido y un sistema de ventilación cuya corriente circula desde los extremos abiertos situados en la parte superior de un tazón de baja altura.
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Causó revuelo mediático el anuncio de la NFL a principios de mes de que podría examinar la posibilidad de utilizar el estadio AT&T de los Cowboys de Dallas como sede alterna para el Super Bowl, en caso de que las normativas de California impidieran a la liga realizarlo en este lugar.
La NFL confirmó de inmediato que cada año encuentra sedes alternas para el Super Bowl y que no le quitaba el sueño la posibilidad de que el encuentro no pudiera realizarse en Inglewood.
Diversas universidades de California limitaron en enero su aforo para competiciones deportivas bajo techo tras diversos aplazamientos relacionados con el coronavirus.
Sin embargo, esas decisiones fueron adoptadas por las universidades y no por orden estatal. Los equipos deportivos profesionales del sur de California no siguieron el ejemplo —tanto los Rams como los Chargers tuvieron cupo lleno en enero.
Kevin Demoff, director de operaciones de los Rams, señaló que el SoFi tuvo vigentes amplios protocolos de seguridad contra al coronavirus durante los 17 partidos de campaña regular que jugaron los Rams y los Chargers en el estadio.
Esas precauciones continuarán para el lunes en la noche, en el primer partido de postemporada en la historia del inmueble, donde los Rams (12-5), cuartos preclasificados, recibirán a los Cardinals de Arizona (11-6).