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“Me encantó ser maestra: dedicó más de 40 años al servicio de la enseñanza

María Hernández se dedicó a la enseñanza por 41 años en la Escuela Primaria Tweedy de South Gate.

Telemundo

María Hernández comenzó como asistente de maestra y fue escalando posiciones hasta llegar a coordinadora bilingüe, cargo que ejercía cuando decidió retirarse. 

María Hernández se dedicó a la enseñanza por más de 41 años en la Escuela Primaria Tweedy de South Gate.

Comenzó como asistente de maestra y fue escalando posiciones hasta llegar a coordinadora bilingüe, cargo que ejercía cuando decidió retirarse.  

“[Fue] una jornada excepcional porque a mi me encanta y me encantó ser maestra”, dice Hernández. 

José Hernández ha trabajado en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) por 38 años.

“Y  hasta la presente lo echo de menos, estoy pensando regresar para ser suplente porque no no puedo dejar de ser maestra”.

Su pasión por la enseñanza nació desde que era muy pequeña, trabajando en los campos.

“Fuimos farm workers. Fuimos campesinos en el norte de California, y yo desde chiquita, aunque andaba allá en el campo trabajando”, cuenta Hernández. “Desde chiquita yo dije, ‘voy a ser maestra, doctora o actriz’”

De las tres profesiones con las que soñaba, logró cumplir su meta de convertirse en maestra.

Hernández siente que en el salón fue maestra, doctora y actriz. También compartió con sus alumnos, durante 24 años, el mensaje de perseverancia gracias al programa Cesar Chavez.

“[Les decía] que tengan esa pasión para que cuando crezcan, cada vez que se levantan en la mañana, no van a ir a trabajar, van a ir a hacer lo que les encanta, lo que quieren”.

José González, un maestro de origen cubano de una secundaria de Compton, recibió un reconocimiento por servir de inspiración para que sus estudiantes sigan preparándose.

Durante sus años como maestra, Hernández enfrentó varias batallas de salud.

“Tuve cáncer tres veces, un stroke y más operaciones, muchas operaciones de diferentes tipos”, dice Hernández. 

“Pero cuando he estado a punto de morir, porque los doctores nos decían que no pensaban que iba a vivir, siempre en mi mente yo decía, ‘no, yo creo en Dios’. Y siempre le pedía a Dios que me dejara, que me dejara aquí por mis hijos”.

Marcos Hernández, director del Centro de Aprendizaje Ellen Ochoa, ha reflejado los mismos valores del líder de los campesinos para crear las mejores condiciones de aprendizaje para sus alumnos.

Su esposo, Jose Hernández, quien también ha dedicado su vida a la enseñanza, esta lucha le ha servido de inspiración en su carrera. 

“Sobrevivió alegre, con energía, con ganas de vivir, eso es ser fuerte”, dice su esposo. “Cuando me siento que hay un problema en la escuela recuerdo a mi esposa y digo oh no no no ese no es problema”.

A pesar de haber enfrentado varias batallas de salud, sigue fuerte en su misión de enseñar.

“Los latinos tenemos mucho que ofrecer y hay tantas tantas historias que se tienen que contar”, dice Maria Hernández.

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