La representante demócrata Karen Bass y el inversionista multimillonario Rick Caruso superaron rápidamente a un gran campo de rivales que buscaban ser el próximo alcalde de Los Ángeles y avanzaron el martes a una segunda vuelta electoral en noviembre.
Un recuento inicial de boletas por correo mostró a Caruso con un 41% y Bass con un 38%. Un candidato necesitaba superar el 50% para evitar una segunda vuelta.
Había una docena de nombres en la boleta, aunque varios candidatos se retiraron.
Bass, una de las favoritas del ala progresista del partido, y el republicano convertido en demócrata Caruso se distanciaron fácilmente del resto del campo. El concejal de la ciudad Kevin de León, exlíder del Senado estatal, ocupó un distante tercer lugar con un 7%.
Bass, quien estaba en la lista corta del entonces presidente electo Joe Biden para vicepresidente, sería la primera mujer alcaldesa de Los Ángeles y la segunda persona negra en ocupar el cargo.
La contienda se centró en gran medida en la falta de vivienda y el crimen. Más de 40,000 personas viven en campamentos para indigentes llenos de basura y casas rodantes oxidadas, y los robos y allanamientos de morada ampliamente publicitados han inquietado a los residentes.
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Cada candidato usó sus discursos de victoria para prometer un mejor mañana mientras también disparaba a su oponente.
“Juntos haremos una ciudad donde quieras vivir porque te sientes seguro, porque el aire que respiras es limpio y porque la gente ya no muere en nuestras calles”, dijo Bass. “No con promesas vacías del pasado, sino a través de un camino audaz hacia adelante”.
Caruso citó a Bass diciendo que, bajo su liderazgo, la falta de vivienda no se resolvería en su primer mandato y que la mayoría de los residentes podrían contar con "la luz al final del túnel" después de cuatro años.
“¡Guau! Vaya”, dijo Caruso. “Permítanme responder diciendo esto: la luz al final del túnel está brillando esta noche”.
Caruso, de 63 años, que forma parte de la junta directiva de la Fundación Presidencial Ronald Reagan y fue respaldado por el sindicato de policías, se ha posicionado como un forastero centrista que se opone al establecimiento progresista del Ayuntamiento.
Culpa a Bass, de 68 años, y a otros titulares de años por la expansión de los campamentos para personas sin hogar que se han extendido a prácticamente todos los vecindarios y las preocupaciones sobre las calles inseguras.
“Esta es una gran noche porque muchas personas han ido a la cabina de votación y han enviado un mensaje: no estamos indefensos frente a nuestros problemas”, dijo Caruso. “No permitiremos que esta ciudad decaiga. Ya no aceptaremos excusas”.
Su sólido desempeño es una señal desagradable para los demócratas que defienden sus frágiles mayorías en el Congreso y en otras contiendas en todo el país.
La última vez que el Ayuntamiento viró hacia la derecha política fue en 1993, cuando los votantes recurrieron al empresario republicano Richard Riordan para que dirigiera la ciudad después de los disturbios mortales de 1992 que estallaron después de que cuatro policías blancos fueran absueltos de agresión en la golpiza al afroamericano Rodney King.
Los Ángeles, sin embargo, ha cambiado mucho desde los días de Riordan. Es más latino, menos blanco y más sólidamente demócrata. Solo el 13% de los votantes registrados son republicanos.
La fortuna estimada de $4.3 mil millones de Caruso le permitió ejecutar una exhibición aparentemente ininterrumpida de anuncios de televisión y en línea. El gasto de su campaña, más de $40 millones a principios de esta semana, la mayor parte de su dinero, superó a todos los demás candidatos combinados.
“Es difícil derrotar una campaña impulsada por la gente... no importa cuánto dinero se gaste, y es difícil derrotar a las personas que están comprometidas con una causa, no solo con un candidato”, dijo Bass. “Todos nos mantuvimos firmes contra un ataque, un ataque de 45 millones de dólares para ser exactos, gastados por un multimillonario”.
En comparación, el gasto de Bass alcanzó los 3,3 millones de dólares, aunque ambas campañas también recibieron el apoyo de anuncios de grupos externos.
Hubo competencia por el patrocinio de celebridades, como es típico en Los Ángeles. Earvin "Magic" Johnson respaldó a Bass, mientras que Caruso tenía a Snoop Dogg y Gwyneth Paltrow detrás de él.
La contienda dio un giro desagradable recientemente.
Los anuncios publicados por Bass y sus aliados muestran a Caruso como una versión de la costa oeste del expresidente Donald Trump, que evade impuestos, mantiene un “discurso en código” y miente sobre el historial de Bass.
En la publicidad de Caruso y sus seguidores, Bass emerge como un charlatán éticamente comprometido que perdió votos clave en el Congreso y cuenta con un concejal de la ciudad acusado en su círculo de amigos.
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