MIAMI — El actor mexicano Pablo Lyle, acusado de homicidio tras un incidente vehicular en Miami, solicitó una vez más el jueves que se postergue su juicio y su petición fue aprobada.
La magistrada Diana Vizcaino accedió al pedido del abogado de Lyle y fijó una próxima audiencia para el 30 de noviembre, en la que se analizará nuevamente si las partes están listas para el inicio del juicio.
No especificó cuál era el tema que están tratando de acordar, pero dijo que estaban avanzando para poder ir al juicio.
“El pedido de aplazamiento es concedido”, expresó la magistrada luego que la fiscal Eileen Keeley dijo que estaba de acuerdo.
El juicio estaba pautado anteriormente para agosto, pero también ante un pedido de Lyle, la jueza accedió en julio a aplazarlo. Esta sería la quinta postergación.
Lyle, quien actuó en la telenovela mexicana “Mi adorable maldición” y la serie de Netflix “Yankee”, vive en la casa de una hermana en Miami y lleva un monitor GPS en el tobillo que le permite a las autoridades saber dónde está en todo momento. No tiene permiso para trabajar en Estados Unidos.
El proceso judicial comenzó en abril de 2019, días después de la confrontación vehicular ocurrida a finales de marzo, cuando el cuñado de Lyle trasladaba al actor, su esposa y dos hijos al aeropuerto de Miami y se cruzaron con el automóvil de Juan Ricardo Hernández, un cubano de 63 años.
Según imágenes de videos de seguridad, Hernández bajó de su automóvil en un semáforo en rojo y se acercó a la ventanilla del vehículo de Lyle para reclamar que le habían cerrado el paso. El cuñado del actor bajó del auto y discutió con Hernández, pero cuando vio que su vehículo se movía, regresó.
Entonces Lyle, que estaba en el asiento de acompañante, bajó del vehículo, corrió hacia Hernández y le dio un puñetazo en el rostro, de acuerdo con esas imágenes.
Hernández quedó tendido en el piso, solo, mientras el vehículo de Lyle y su familia se alejaba. Unas horas más tarde el actor fue detenido en el aeropuerto de Miami mientras se disponía a viajar a México.
Hernández falleció en un hospital cuatro días después por una lesión cerebral causada por el traumatismo.
Lyle ha manifestado que actuó en defensa propia porque temía que el cubano lo atacara con un arma, pero esos argumentos fueron desestimados por un juez anterior y por una corte de mayor jerarquía, que devolvió el caso al tribunal de Miami para que vaya a juicio.
