“¿Y qué voy a decir? La señora quiere verte también. Y ha venido desde lejos “, le dice el bueno de George a su hermano Phil. “Dile la verdad, que huelo feo. Y que me gusta”, le responde punzante y sin vueltas.
El diálogo marca los contrastes entre los dos hermanos en la obra maestra de Jane Campion, “The Power of the Dog”, la película más nominada a los premios Oscar que se entregarán este domingo. Y que le puede dar a Netflix su primer galardón en la categoría Mejor Película, el primero para un servicio de streaming.
Situada en Montana en 1925, es la historia de ocultamientos, fachadas y fracasos, escondidos bajo el manto de un “western” a campo abierto.
EL ACTOR BENEDICT CUMBERBATCH SE PONE EN LA PIEL DE PHIL, EL DURO QUE OCULTA SUS RASGOS FEMENINOS
Phil Burbank maneja el rancho, interpretado por un magnífico Benedict Cumberbatch, quien se pone en la piel del duro hombre de campo que puede castrar un toro con una mano pero que esconde sus rasgos de femineidad, que lo atormentan cuando está solo.
George es su hermano, más humano y transparente, que añora casarse y formar una familia. Jesse Plemons le pone vida al bueno de George, quien aún duerme junto a su hermano.
Pero la tramposa armonía familiar se quiebra con la llegada de Rose, la viuda que se instala en el rancho junto a su joven hijo, Peter, protagonizado por el joven y convincente Kodi Smit-McPhee, tras casarse con George.
Kirsten Dunst da en el clavo como la mujer que junto a su hijo, es blanco de la mordaz lengua de Phil, quien cuestiona la sexualidad del adolescente. “Está a medio cocinar’’, le dice a su hermano en una de sus tantas burlas. Rose, mientras, busca refugio en el alcohol de los ataques de su cuñado.
La historia fluye despacio, a fuego lento, a tono con la inmensidad de Montana y el campo abierto de los Burbank, reflejada en la espectacular cinematografía de Ari Wegner, también nominada al Oscar.
Jane Campion, recordada por “El piano” y “Un ángel en la mesa”, maneja la historia como una tela en blanco a la que le va agregando pinceladas que terminan en un doloroso tapiz humano, lleno de contrariedades, secretos y anhelos ocultos. La directora neozelandesa merece el Oscar.
Basada en la novela de Thomas Savage, escrita en 1967, “The Power of the Dog” es una íntima mirada a la tensión entre sentimientos homosexuales y la tendencia a ocultarlos, acentuado por la cultura machista del mundo rural.
La relación entre Phil y Peter florece hacia el clímax de la historia, marcada por una tensión sexual oculta. El final llega con una sorpresiva vuelta de tuerca.
“The Power of the Dog” -el título se refiere a una cita bíblica- es una de las mejores películas del 2021 y merece el Oscar, que seguramente ganará.
De verdad, Phil huele feo y le gusta, como le dijo a su hermano, pero al final, “The Power of the Dog” sabe muy bien, aunque con un sabor amargo.