CALIFORNIA - Hanna Beatty, de 24 años y oriunda de Redding, decidió dejar su trabajo en una empresa de depósitos de garantía para cumplir un sueño de la infancia: vivir y trabajar en la naturaleza.
Como se pensó, se hizo. Un día Hanna estaba en la mitad de su turno cuando un cliente la llamó para quejarse en voz alta sobre los servicios de la empresa.
"Esta persona simplemente no estaba muy contenta y decidió desquitarse conmigo", recuerda Beatty. "Tan pronto como colgué el teléfono, tuve ese momento de claridad. 'Merezco más que esto. Soy tan joven y estoy tan agotada'".
La joven no renunció a su trabajo ese día, pero le dijo a su jefe que la próxima vez que planearan despidos o que necesitaran prescindir de alguien para ahorrar dinero pensaran en deshacerse de su puesto. Una semana después, la desvincularon.
En lugar de desesperarse por la pérdida de su trabajo, Beatty lo vio como una oportunidad para concretar un sueño pendiente que tenía desde niña.
Pasó el invierno trabajando en Heavenly Ski Resort en Lake Tahoe antes de mudarse al Parque Nacional Yosemite en marzo, donde actualmente vive y trabaja como empleada de temporada con su novio, Justin Olsen.
Dejar la rutina de 9 a 5 por 'algo más simple'
Beatty comenzó a buscar trabajos de temporada en octubre de 2022 en el sitio web de Vail Resorts por recomendación de un amigo.
Había solicitado un par de empleos de temporada en centros de esquí en los EEUU, pero centró su búsqueda en California,. Quería estar cerca de Redding, su ciudad natal, en caso de que las cosas no funcionaran.
"Si eres como yo y has pasado toda tu vida en el mismo lugar, puede ser intimidante dejar todo lo que conoces atrás", comenta Beatty.
Sabía que probablemente su salario sería menos que los que ganaba en la firma de depósito en garantía (alrededor de $5,000 por mes), pero Beatty ansiaba "algo más simple" que trabajar más de 50 horas por semana.
En noviembre, Beatty recibió una oferta de Heavenly Ski Resort para ser directora de restaurante en una de sus instalaciones. La oferta era de tiempo completo y comenzaría en diciembre, justo después de la fecha en que vencía el contrato de arrendamiento de su apartamento en Redding.
El trabajo en el restaurante le pagaría aproximadamente $18 por hora haciendo turnos de 9 horas de miércoles a domingo.
Olsen, su novio y quien es fotógrafo independiente consiguió un trabajo como instructor de esquí en el mismo centro turístico. A fines de diciembre, la pareja empacó el auto de Beatty y condujeron cuatro horas y media desde Redding hasta Lake Tahoe para comenzar su nueva aventura.
Encontrar el 'trabajo de sus sueños' en las montañas
Aunque el contrato de Hanna no expiraba hasta mediados de abril, coincidió con el final de la temporada de esquí en Lake Tahoe. Ella y Olsen anhelaban un clima más cálido así que comenzaron a buscar festivales o conciertos de primavera y verano.
Olsen, quien trabajó los últimos veranos en Yosemite, sugirió que solicitaran empleos publicados en Aramark, una empresa con sede en Filadelfia que busca llenar posiciones, por horas y de temporadas, en áreas como alimentos, comercio minorista e industrias relacionadas.
Les tomó alrededor de dos semanas y una entrevista cada uno, para que ambos consiguieran trabajos en dos de los puestos de alquiler de bicicletas que operan al interior del Parque Nacional Yosemite. Ella y Olsen renunciaron a sus trabajos en Tahoe unas semanas antes de que terminaran sus contratos, principalmente por las severas tormentas de nieve que sacudieron South Lake Tahoe el invierno pasado que hicieron imposible conducir, recuerda Beatty.
El trabajo paga $16.45 por hora y requiere cuatro turnos de 10 horas por semana, por lo que ella y su pareja tienen fines de semana de tres días, genealmente de domingo a martes. Sus contratos van de marzo a noviembre.
Entre otros requisitos, se espera que los asistentes de bicicletas tengan excelentes habilidades de comunicación y servicio al cliente, capacitación en primeros auxilios y la disponibilidad de trabajar en horarios flexibles, según consta en una publicación laboral en el sitio web de Aramark.
Lo que más atrajo a Beatty del empleo fue la oportunidad de interactuar directamente con los visitantes del parque y explorar los extensos prados, cascadas y montañas de Yosemite a través de sus pintorescos senderos para bicicletas. Cuando Beatty recibió su carta de oferta por correo electrónico, sintió que había conseguido el "trabajo de sus sueños".
Renta de $88 por mes para vivir en Yosemite
A finales de marzo, ella y Olsen se mudaron a una cabaña de una habitación ubicada en el mismo parque, que les cuesta $88 al mes a cada uno. "Es básicamente del tamaño de un cobertizo para herramientas", dice Beatty. "Pero está aislado y es cómodo, y nuestra cama es alta, por lo que tenemos mucho espacio de almacenamiento".
Comparten un baño y una cocina con otros empleados de Yosemite que viven cerca. Esas instalaciones están a dos minutos a pie de su cabaña.
Compartir esos espacios íntimos con sus compañeros de trabajo fue "un poco impactante al principio", relata Hanna, y confiesa que ha sido el ajuste más desafiante del trabajo estacional.
"Pero si tienes una buena actitud al respecto y aceptas mantener el espacio limpio, no está nada mal", agrega. "Especialmente por lo asequible que es nuestro alquiler".
Repensar la ambición como trabajador de temporada
Para Beatty, la mayoría de las mañanas en Yosemite comienzan alrededor de las 6 a.m. cuando se despierta con el sonido de los pájaros que entran y salen de los altos pinos que rodean su cabaña. Se traslada en bicicleta al trabajo, trayecto que demora 10 minutos y en el cual aprovecha de observar la vida silvestre (los ciervos ocasionales trotan a lo largo del sendero para bicicletas). Luego, abre el puesto de bicicletas alrededor de las 8 a.m.
Pasa la hora del almuerzo leyendo en el porche delantero de la tienda o explorando una nueva parte de Yosemite.
Después de regresar a casa en bicicleta alrededor de las 7 p.m., Hanna y su novio a menudo preparan la cena en la cocina común o hacen mandados en sus bicicletas. Hay muchos negocios locales cerca en Yosemite Valley, como cafeterías, bares y supermercados, señala la joven de 24 años.
Sus noches favoritas se las pasa haciendo s'mores (malvavisco tostado con chocolate cubierto entre dos piezas de galleta crakers), con los visitantes del parque y otros trabajadores de temporada alrededor de la barbacoa comunitaria.
"La mejor parte de trabajar aquí es que puedo llamar a uno de los lugares más bellos del mundo mi oficina", afirma Beatty. "Pero también puedo conocer gente interesante y amigable de todo el mundo. Yosemite es solo un crisol gigante".
La muchacha nativa de Redding no está segura de cuánto tiempo seguirá buscando un empleo estacional después que finalice su contrato en noviembre, sin embargo, asegura que trabajar en Yosemite ha cambiado radicalmente su forma de pensar sobre el trabajo y la ambición.
"Al final del día, un trabajo es un trabajo. No importa qué trabajo tenga, ya sea un trabajo de temporada o uno de escritorio, inevitablemente habrá desafíos, pero no tiene que ser una carrera constante para llegar a la meta", dice Beatty. "La vida es algo increíblemente hermoso y frágil, y no tomarse el trabajo tan en serio puede ayudarte a apreciarla más".
Este artículo fue publicado originalmente en inglés por Morgan Smith para nuestra cadena hermana CNBC.com. Para más de CNBC entra aquí.