CARTAGENA, Colombia - Después de más de 300 años en los que como un fantasma esquivó a cazatesoros y científicos, el mítico galeón español San José, hundido en 1708 frente a Cartagena de Indias con sus toneladas de oro, fue hallado y reapareció este sábado en fotografías tras varios años de investigación arqueológica.
"Sin lugar a ningún tipo de duda, hemos encontrado 307 años después de su hundimiento el galeón San José", señaló el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en un acto en el que presentó algunas de las fotos del pecio tomadas por los equipos científicos.
Los documentos gráficos de los investigadores no dejan lugar a dudas: los cañones de bronce que visten la cubierta mohosa del San José muestran que el yacimiento marino se corresponde con ese buque hundido por corsarios ingleses en 1708.
Para lograr esa identificación, se coordinó un equipo que incluía al Ministerio de Cultura, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) y la colaboración directa de la Armada, detalló Santos.
En las labores de investigación fueron necesarios estudios cartográficos, meteorológicos e históricos "desconocidos en Colombia".
Además, recurrieron a la más alta tecnología y a expertos de diferentes lugares del mundo, entre ellos un miembro del equipo que descubrió los restos del "Titanic".
"Hoy es tal vez el (hallazgo) más importante y se han podido encontrar no solo este sino varios naufragios en nuestro lecho marino", agregó.
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El San José, dotado de 60 cañones de bronce forjados especialmente para su defensa, cargado de oro del virreinato de la Nueva Granada, plata de Perú y piedras preciosas y cuyo destino final era España, fue atacado por piratas en cercanías de Cartagena de Indias.
Poco después de abandonar el puerto fue hundido por el buque británico "Expedition", que lo alcanzó en una breve batalla contra la flota española que hacía la "Carrera de galeones".
"Es un acontecimiento de la ciencia que nos recuerda que la historia colombiana está constituida por eventos de muy distintas épocas, protagonizados por miles de personas que hacen parte de nuestra memoria nacional. Hoy queremos rendir homenaje a los 600 navegantes que fallecieron al momento del hundimiento del galeón San José", concluyó Santos.
Algunos de esos navegantes también volvieron fugazmente a la vida en las fotografías que fueron presentadas de las primeras prospecciones arqueológicas en las que se ven vasijas y elementos de su vida cotidiana, entre los que destaca el mango de una espada.
Para proteger el secreto que todavía guarda el San José, los detalles de su ubicación y el tesoro que transportaba, valorado en unos $5,000 millones, serán mantenidos en secreto.
Cuando finalmente el barco emerja a la superficie y vuelva a ver la luz del sol, será ubicado en un gran museo en Cartagena, similar a los que existen en países escandinavos, explicó Santos.
Por su parte, la ministra de Cultura, Mariana Garcés, afirmó que las investigaciones han llegado al punto actual "por cualquier cosa distinta al azar", ya que se ha producido "un trabajo planificado, un esfuerzo enorme que involucra a diversas personas, muy comprometidas con este quehacer".
Asimismo, explicó que las labores fueron posibles gracias a una colaboración público-privada, "una de las alternativas para financiar este tipo de procedimientos que son enormemente costosos".
El director del Instituto Colombiano de Antropología, Ernesto Montenegro, dijo que para llegar hasta el San José fue necesaria una profunda investigación en la que tuvieron que "entender la paleometeorología, los vientos, las mareas y los movimientos de aguas de aquella fecha".
Por ello, recurrieron a ingenieros marinos y oceanógrafos, además de arqueólogos y las personas que más sabían de prospección marítima.
Repasando una por una las fotos de que disponen hasta ahora, Montenegro explicó que han podido comprobar "que el barco está recostado sobre uno de sus lados" sobre el lecho marino.
Desde 1980 varias empresas de cazatesoros intentaron recuperar el tesoro del San José, pero en 2011 una corte en Washington declaró al galeón como propiedad del Estado colombiano tras una solicitud de la compañía Sea Search Armada.