MIAMI - En la carrera para ganar la batalla contra el COVID-19, ha surgido un animal que podría pasar de ser invasor a convertirse en héroe. Se trata de las pitón birmana presentes en la Florida.
Dusty Crum, el cazador de serpientes conocido como “el hombre salvaje”, nos contó que un día, mientras hacía aceite de pitón, se encontró con un amigo científico y le dio unas muestras, lo que los llevó a encontrar ingredientes fundamentales para la vacuna contra el COVID-19.
Se refiere a una substancia aceitosa, que usualmente se deriva del aceite de tiburón, utilizada en la industria médica y farmacológica, conocida como ‘adyuvantes’.
Según la doctora Dadilia Garcés, el ingrediente estabiliza la vacuna y también ayuda a que la inmunidad sea mucho mejor, y que se logre de una manera más rápida y sea más efectiva.
Al emplearse adyuvantes se requiere menos material activo en las vacunas, lo que disminuye el costo y facilita que más personas puedan inmunizarse. Además, las pitones contienen enormes cantidades de este aceite.
“Una vacuna en promedio requeriría sólo 10 miligramos, por lo que en una pitón de 10 pulgadas de largo podríamos obtener suficiente adyuvante para 3500 dosis de vacunas”, dijo Darryl Thompson, director de iniciativas científicas y grupo global de investigación y descubrimiento.
Las pitones birmanas suelen ser muy comunes en la Florida ya que estas no enfrentan un enemigo natural en este ambiente, y por tanto se reproducen de manera gradual.
Según el distrito administrativo de aguas, en los últimos 3 años se han cazado casi 4200 de ellas. Y se utiliza no solo la carne y la piel, sino también la grasa.