Los hermanos Bruno y Jesús Ramón Ramos, de 18 y 19 años, respectivamente, continúan debatiéndose entre la vida y la muerte, después de ser emboscados y acribillados por narcotraficantes, a finales de julio, en Michoacán (México).
Mientras, el tío de ambos, Ramón, falleció en el lugar, como consecuencia de los impactos recibidos.
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Según las autoridades mexicanas, el padre, Ignacio Ramos, que apenas fue herido en un brazo, tiene el mismo nombre del agente de la Patrulla Fronteriza que, en el año 2006, le disparó en los glúteos a un narcotraficante que no estaba armado.
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Y aunque el oficial fue condenado, y salió de la cárcel unos años después, detectives creen que podría tratarse de un caso de venganza por parte del crimen organizado, al confundirlos por su nombre.
Los hermanos Ramos continúan bajo estricto cuidado médico en un hospital al sur de California.
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