El Pentágono precisoo este domingo que se enviará a 3,750 soldados más a la frontera sur de EEUU para instalar otras 150 millas de barreras de alambre y proporcionar apoyo adicional a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
El personal adicional anunciado el domingo elevará el número total de soldados en servicio activo en la frontera a 4,350.
El anuncio está en línea con lo que dijo el martes el secretario interino de Defensa, Pat Shanahan, cuando presentó estimaciones de “varios miles” para la próxima fase de una misión militar que los críticos han catalogado como una estrategia política de la Casa Blanca.
Shanahan dijo que se enviarían varios miles más de tropas, principalmente para instalar barreras de alambre adicionales, y ofrecer un nuevo sistema de vigilancia y monitoreo móvil en la zona fronteriza.
Todavía no es claro cuántos de los aproximadamente 2,400 soldados que actualmente trabajan en la misión fronteriza regresarán a casa sin ser reemplazados, pero el Pentágono calcula que el número total de soldados desplegados en los próximos meses superará los 4,000.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) “nos ha pedido apoyarlos con alambre de púas adicional y mayor capacidad de vigilancia, y respondimos con cuántas personas se necesitarían, los tiempos y combinación de personas para apoyar eso”.
Shanahan hizo los comentarios mientras miembros del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes interrogaban a altos líderes de defensa y militares sobre la misión fronteriza, exigiendo detalles sobre su impacto en la presteza militar y si, como resultado, se estaban dejando de lado el entrenamiento necesario y otros trabajos.
“¿Qué impacto tendrá en la presteza enviar a varios miles de soldados a la frontera sur? Interrumpe su entrenamiento. Interrumpe su tiempo entre despliegues”, dijo el representante Adam Smith, presidente del comité.
El vicealmirante Mike Gilday, director de operaciones para el Estado Mayor Conjunto, le dijo al panel que no cree que la presteza militar se haya visto afectada significativamente. Dijo que algunas unidades no han tenido oportunidad de ser entrenadas debido al despliegue y otras han tenido menos tiempo en casa de lo deseado por el ejército.
Sin embargo, agregó que se intenta rotar a miembros del servicio cada pocas semanas para minimizar el impacto.
También dijo que el costo estimado de desplegar a personal en activo hasta el final de este mes es de $132 millones, y que el costo de desplegar a unos 2,300 miembros de la Guardia Nacional a la frontera el año pasado fue de $103 millones, se calculan $308 millones para este año.
Los legisladores dijeron que fueron informados que había tropas en la frontera después de haber terminado su misión que no tenían nada que hacer, y que muchos pasaban el tiempo practicando deportes o viendo videos.
Gilday reconoció algunos errores conforme progresaba la misión.
“Hemos realmente intentado evitar que la gente pierda el tiempo en la frontera”, dijo. “Ha habido ocasiones en que no le hemos atinado en cuanto a los números. Y quizás tuvimos un exceso de capacidad, pero esas personas ya habían regresado cuando caímos en cuenta de que cometimos un error”.
Los funcionarios dijeron que la mayoría de los soldados que ahora van a la frontera son ingenieros de combate y fuerzas de apoyo que instalarán las barreras adicionales. La expectativa es que completarán el trabajo en pocos meses y luego podrán volver a casa.
Muchos de los otros comenzarán la misión extendida de vigilancia que durará hasta al menos septiembre. Las fuerzas estadounidenses utilizarán vehículos de la CBP equipados con cámaras de vigilancia y monitorearán la frontera.
Los soldados no tienen permitido hacer labores policiales, así que no podrán detener a migrantes que crucen la frontera. En lugar de eso, cuando vean actividad sospechosa alertarán a agentes de la CBP, quienes entonces se harán cargo de los migrantes involucrados.
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