Amazon y Microsoft se disputan la oportunidad de construir la primera “nube de guerra” de las fuerzas armadas estadounidenses a un costo de $10,000 millones.
Pero las esperanzas de Amazon de lograr una rápida victoria parecen disiparse.
El proyecto informático militar, llamado plan de Infraestructura de Defensa Conjunta (JEDI por sus siglas en inglés) almacenaría y procesaría enormes cantidades de datos confidenciales, lo que permitiría al Pentágono usar inteligencia artificial para acelerar su planificación y capacidad de combate.
El Departamento de Defensa espera otorgar el contrato a una sola empresa en agosto. Oracle e IBM quedaron eliminadas en una ronda anterior de la competencia.
Pero esto sucederá solamente si el proyecto no sufre un descarrilamiento previo. Enfrenta una demanda de Oracle y los temores crecientes del Congreso por el presunto favoritismo del que goza Amazon en el Pentágono.
Los jefes militares esperan iniciar en poco tiempo lo que será una sociedad empresaria de una década que consideran vital para la seguridad nacional.
“Éste no es el internet de tu abuelo”, dijo Daniel Goure, vicepresidente del Lexington Institute, un centro de estudios sobre temas de defensa.
EEUU
“Están hablando de una nube que permite transmitir información secreta desde el Pentágono al soldado en el campo de batalla”.
Ya se consideraba a Amazon un favorito cuando el Pentágono empezó a declarar sus necesidades para la nube en 2017, pero su candidatura se ha visto perjudicada por la denuncia de Oracle de que los directivos de Amazon y los del Pentágono se han mostrado demasiado íntimos entre ellos.
Oracle tendrá la última oportunidad de presentar sus argumentos contra Amazon -y la integridad del proceso de licitación oficial- en una audiencia judicial el miércoles.
“Éste es el gran premio de la nube, por eso hay demandas tan encarnizadas”, dijo el analista Daniel Ives.
Añadió que parecía “pan comido” para Amazon hace un año, pero ahora las probabilidades son similares para Microsoft, que se ha dedicado el año pasado a ponerse a la altura de los requisitos de seguridad del gobierno.