El vicefiscal general de Estados Unidos, Rod Rosenstein, presentó el lunes su dimisión, que se hará efectiva a partir del próximo 11 de mayo, en una carta dirigida al presidente estadounidense, Donald Trump, cuyo contenido fue publicado por medios de comunicación locales.
En su misiva, Rosenstein agradeció a Trump el haberle dado "la oportunidad de servir": "Por la cortesía y humor que usted a menudo muestra en nuestras conversaciones personales; y por las metas que estableció en su discurso de investidura: patriotismo, unidad, seguridad, educación y prosperidad (...)".
La marcha de Rosenstein se esperaba desde hace meses: el funcionario había dejado claro que abandonaría el Departamento de Justicia en cuanto concluyera la investigación sobre la trama rusa del fiscal especial Robert Mueller, algo que ocurrió hace más de un mes.
Trump nominó en marzo a un nuevo vicefiscal general, Jeffrey Rosen, que actualmente es el subsecretario de Transporte de EEUU y que aún debe ser confirmado por el Senado para asumir el puesto.
Rosenstein se encargó de supervisar la investigación independiente sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016 durante un año y medio: desde el despido en mayo de 2017 del director del FBI James Comey y hasta el de Jeff Sessions como fiscal general de EEUU en noviembre pasado.
Fue una labor delicada para Rosenstein, dado que Trump se quejaba frecuentemente, en público y en privado, de que Sessions hubiera decidido apartarse de cualquier toma de decisiones relacionada con la investigación de la trama rusa y hubiera dejado el tema en manos de su "número dos".
En su carta de renuncia, Rosenstein recordó que "el mandato medio de un vicefiscal general es de 16 meses, y pocos permanecen en el cargo más de dos años", como ha hecho él.
EEUU
El funcionario hizo una defensa de la independencia que el Departamento de Justicia ha tenido históricamente respecto a los intereses políticos, una atribución que Trump ha atacado frecuentemente, al asegurar que esa agencia "tiene una responsabilidad especial de evitar el partidismo".
"Aplicamos la ley sin miedos ni favores porque las pruebas creíbles no son partidistas, y la verdad no la determina las encuestas de opinión", afirmó Rosenstein.
"Ignoramos las distracciones efímeras y centramos nuestra atención en lo que importa, porque el ciclo informativo no es lo que gobierna una república duradera", agregó.
Desde febrero, el Departamento de Justicia está en manos de William Barr, un fiscal general que ha sido criticado por su presunta posición favorable a Trump.
Mueller concluyó en su informe, cuya versión editada se publicó este mes, que Trump "se implicó en esfuerzos para coartar la investigación" sobre la trama rusa, pero dejó en manos de Barr la decisión de si el presidente obstruyó la justicia, y el fiscal general concluyó que no había "pruebas suficientes" al respecto.