La inflación en Estados Unidos se mantuvo en el 0.3% en mayo por segundo mes consecutivo, lo cual probablemente ofrezca una señal tentativa de alivio para la Reserva Federal y para la campaña de reelección del presidente Joe Biden.
Los precios al consumidor se mantuvieron en 0.3% de abril a mayo, informó el miércoles el Departamento del Trabajo, mientras la inflación interanual aumentó un 3.3% respecto a junio del 2022. Esta última cifra es inferior al 3.4% registrado en mayo y también estuvo por debajo de las expectativas del 3.4%.
El reporte se da solo horas antes de otra noticia económica clave para el país: la Reserva Federal anunciará si reduce o no las tasas de interés. A peasr de los últimos dos reportes de inflación, se espera que el banco central mantenga las tasas estables por séptima vez consecutiva y, lo que es más importante, describa cuántas veces espera reducir las tasas en 2024.
Si bien estas cifras de mayo representan una mejora con respecto a la tasa de casi el 10% observada hace dos años, el índice de precios al consumidor (IPC) ha estado estancado entre el 3% y el 4% durante casi un año.
La inflación fue inesperadamente alta en los primeros tres meses de este año, tras haber caído a un ritmo constante en la segunda mitad de 2023. Las elevadas cifras han debilitado las esperanzas de que la peor racha de inflación en cuatro décadas estuviera siendo controlada rápidamente.
Si la inflación continúa su declive, podría tener un efecto importante en la contienda presidencial. Los republicanos han buscado echar la culpa de los altos precios a Joe Biden, y la utilizan para tratar de descarrilar su campaña de reelección. Si bien la contratación de empleados sigue siendo sólida y el aumento de los salarios es, en promedio, saludable, los precios permanecen, en general, muy por encima de sus niveles previos a la pandemia.
IMPLICACIONES EN LAS ELECCIONES
Incluso si los datos de inflación mejoraran en los próximos meses, las encuestas sugieren que los consumidores todavía se están adaptando a un nuevo entorno de mayores costos.
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en la primavera de 2020, la inflación ha subido un 22% acumulado.
Es una de las razones por las que las medidas de confianza del consumidor se mantienen por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Erik Lundh, economista de The Conference Board, estima que la cantidad de inflación acumulada desde la pandemia es equivalente a los aumentos de precios que se produjeron durante un período de 10 años después de la crisis financiera del 2008-2009.
"Se necesita tiempo para que los consumidores digieran esa cantidad de aumento", dijo. "Cuando se extiende a lo largo de una década, los recuerdos de lo que se pagaba hace 10 años en el supermercado se desvanecen, pero no hace tres años. Así que la inflación que hemos visto está más fresca en la mente, y eso realmente les pesa".
También es la razón por la que al menos una encuesta todavía muestra que el 58% de los votantes registrados desaprueba el manejo de la economía por parte de Biden, mientras que el 41% dice que confía en Donald Trump, quien se postula para un segundo mandato en la Casa Blanca, la mayoría para manejar la economía en comparación con 37% para Biden.
De hecho, múltiples encuestas han demostrado que la mayoría de los estadounidenses creen erróneamente que la economía estadounidense está en recesión, a pesar de una tasa de desempleo todavía está históricamente baja del 4%.
Como resultado de la inflación, junto con las altas tasas de interés y los aumentos salariales desiguales, "los consumidores se han mostrado bastante pesimistas sobre las perspectivas para los próximos 12 meses", dijo Lundh.