Mara Salvatrucha

Escalofriante: “La Diablita lamió la sangre de su víctima y sonrió al verla moribunda”, según testigos

La entonces adolescente sonrió con extrema frialdad mientras observaba cómo se extinguía la vida del cuerpo del joven que atrajo a su trampa mortal, testificó su entonces amiga. 

Telemundo

La víctima de una emboscada orquestada por la temida pandilla MS-13 con ayuda de su ‘socia devota’, como han llamado los fiscales a Leniz Escobar ‘La Diablita’, trató de comunicarse con la presunta pandillera mientras yacía en su propia sangre en un parque de Central Islip en abril de 2017. 

La entonces adolescente de 17 años sonrió con extrema frialdad mientras observaba cómo se extinguía la vida del cuerpo del joven que atrajo a su trampa mortal, testificó el jueves Keyli Gómez, miembro de la MS-13 y entonces amiga cercana de Escobar.

“Michael [López] se disculpó con Leniz y le tocó el brazo”, recordó Gómez, ahora de 21 años, testigo en la corte federal en Central Islip. 

“Nada. Ella solo sonrió”, respondió Gómez cuando la fiscal Megan Farrell le preguntó sobre la reacción de Escobar. 

Escobar está acusada de atraer a una zona boscosa a Jorge Tigre, de 18 años; Michael López, de 20; Jefferson Villalobos, de 18; y Justin Llivicura, de 16 años para su asesinato el 11 de abril de 2017. Un quinto joven, Elmer Alexander Artiaga Ruiz, ahora de 22 años, logró escapar. 

“Ellos [los pandilleros] les decían [a las víctimas] que se debía respetar a la Mara”, dijo Gómez. 

La ahora testigo del gobierno dijo que ella y Escobar se arrodillaron y “fingieron” ser víctimas también.

Escobar se declaró no culpable de una acusación formal de cinco cargos de asesinato y extorsión en relación con las muertes de los cuatro jóvenes. 

La mujer lleva desde 2008 en el corredor de la muerte acusada de matar a su hija de dos años, un crimen que ella dice nunca cometió.

MACABROS DETALLES

Los fiscales federales han dicho que Escobar, que era novia de un miembro de alto rango de la MS-13, convenció a los cinco jóvenes de ir con ella a fumar marihuana a una zona apartada en un parque de Central Islip, donde esperaba la pandilla lista para matarlos.

Los fiscales dijeron que Artiaga Ruiz, quien había publicado fotos en las redes sociales haciendo señas de pandillas, no era miembro de un grupo en específico, pero publicó las fotos en un intento por obtener una atención favorable.

Gómez fue arrestado en Carolina del Norte meses después de los asesinatos y finalmente accedió a cooperar con las autoridades federales. Se ha declarado culpable de su papel en los asesinatos y está a la espera de sentencia.

 "Mientras estaba bajo una enorme cantidad de estrés y presión, Keyli hizo muy bien al testificar con la verdad sobre su papel en esta conspiración cuando tenía 16 años", dijo el jueves el abogado de Gómez, Anthony LaPinta. 

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SUS RAZONES PARA PERPETRAR LOS CRÍMENES

Gómez testificó bajo un acuerdo de cooperación con los fiscales federales. Dijo que ella y Leniz Escobar se reunieron con pandilleros en el estacionamiento de una tienda de delicatessen aproximadamente una semana antes de los asesinatos y les mostraron las fotos de Artiaga Ruiz, el único sobreviviente del ataque.

Gómez dijo que esperaba ganarse el “respeto y la confianza” de la MS-13.

“Ella ayudó a la pandilla sacando a los niños para que los mataran”, dijo Gómez, refiriéndose a Escobar. 

Gómez, que tenía 16 años en el momento de los asesinatos y actualmente está encarcelada en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, parecía nerviosa mientras testificaba, mordiéndose el labio inferior en ocasiones.

Fue idea de Escobar, según Gómez, mostrar las fotos a los pandilleros. 

Esto resultó en un plan tramado por el grupo para matar a Artiaga Ruiz, que era percibido como miembro de la pandilla rival 18th Street. 

Escobar estaba “enojada” por las fotos y dijo que “lo iban a tomar como una falta de respeto a la pandilla”.

Gómez, quien se declaró culpable de su papel en los asesinatos y su intento de encubrimiento del crimen, también describió cómo obstaculizó la investigación de los asesinatos.

“Borré mensajes de mi teléfono y ayudé a Leniz a esconder una sudadera… porque tenía sangre de la víctima”, dijo Gómez. 

DETALLES DE SU VIDA

Gómez dijo que se mudó con su padre a Central Islip desde su natal El Salvador cuando tenía 12 años. La expandillera narró que conoció a Escobar unos tres o cuatro meses antes de los asesinatos, pero ambas hablaban todos los días y pasaban el rato con frecuencia. 

Gómez testificó que admiraba a Escobar porque los miembros de la MS-13 “la respetaban y confiaban en ella”. Si bien era amiga de algunos miembros de la MS-13, incluido Josué Portillo, quien se declaró culpable de su papel en los asesinatos, dijo que no disfrutaba del mismo nivel de confianza de la pandilla que Escobar.

Cuando la fiscal federal adjunta Megan Farrell le preguntó sobre el comportamiento de Escobar cuando salían con pandilleros de la MS-13, Gómez respondió: “um, emocionada, llena de energía”.

“Ella solía hablar como ellos”, dijo Gómez sobre Escobar.

Gómez dijo que le presentó a Escobar a Artiaga Ruiz, a quien se refirió como “Alex” aproximadamente un mes antes de los asesinatos.

“Leniz me dijo que mantuviera los ojos bien abiertos por si Alex… como si hubiera algo sospechoso en él”, dijo Gómez, quien dijo que los dos coqueteaban entre ellos.

Gómez testificó después de que otro testigo colaborador, David Antonio Gaitán Rivera, de 23 años y miembro admitido de la pandilla MS-13, estaba involucrado de  "manera sexual" con Escobar mientras estaba encarcelado su novio, Jeffrey Amador, un miembro de alto rango de la pandilla MS-13 conocido como “Cruel”.

“Ella [Escobar] y Keyli estaban llorando y gritando y fingiendo que no sabían lo que estaba pasando allí” mientras las víctimas eran golpeadas con bates y machetes, dijo Gaitán Rivera.

Gaitán Rivera no estuvo involucrado en los asesinatos del parque Central Islip, pero testificó que era cercano a Escobar. 

Parte de la sangre de una de las víctimas “le había salpicado la cara y la boca”, dijo Gaitán Rivera sobre Escobar, y agregó que ella le dijo que “la sangre que se le había metido en los labios, ella la había lamido”.

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