En el esperado discurso de clausura de la histórica cumbre vaticana para abordar la pederastia en la Iglesia, el papa Francisco ofreció este domingo ocho pautas para erradicar la "monstruosidad" de los abusos a menores, pero la falta de medidas concretas decepcionó a las víctimas.
En la imponente Sala Regia del palacio pontificio ante los representantes de la jerarquía eclesial participantes en esta reunión, Francisco se comprometió a que la Iglesia "no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes" contra menores y que "nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso".
En su largo discurso dedicó también un amplio espacio a puntualizar que la mayoría de los casos de abusos a menores se dan en la familia, pero también en colegios y el mundo del deporte.
Afirmó que la plaga de los abusos a niños "es universal y transversal" y para ello citó varios informes de instituciones internacionales.
Pero dejó claro que "esto no disminuye su monstruosidad dentro de la Iglesia", que por el momento no ha proporcionado ningún informe o estadística con los números de esta lacra en la Iglesia.
"La inhumanidad del fenómeno a escala mundial es todavía más grave y más escandalosa en la Iglesia, porque contrasta con su autoridad moral y su credibilidad ética", dejó claro.
Francisco reafirmó "con claridad" que "si en la Iglesia se descubre incluso un solo caso de abuso -que representa ya en sí mismo una monstruosidad-, será afrontado con la mayor seriedad".
Francisco enumeró entonces ocho puntos para la lucha contra los abusos a menores.
El primero fue el de la necesidad de "defender a los menores y para ello instó a cambiar la mentalidad para combatir la actitud defensiva-reaccionaria de salvaguardar la Iglesia".
Reiteró la obligación de una total "seriedad" de la Iglesia a la hora de abordar los casos, y aseguró que " no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes".
"La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso", aseveró.
Francisco también indicó la necesidad de mayor cuidado en "la selección y de la formación de los candidatos al sacerdocio".
Así como la necesidad de que en las Conferencias episcopales haya "parámetros que tengan valor de normas y no solo de orientación" y "desarrollar un nuevo y eficaz planteamiento para la prevención en todas las instituciones y ambientes de actividad eclesial".
"Ningún abuso debe ser jamás encubierto ni infravalorado (como ha sido costumbre en el pasado), porque el encubrimiento de los abusos favorece que se extienda el mal y añade un nivel adicional de escándalo", dijo.
Otra recomendación del papa fue "acompañar" a las personas abusadas y dar todo el "apoyo necesario, valiéndose de expertos en esta materia".
Aunque desde el comité organizador de la cumbre - en la que han participado 114 representantes de las Conferencias Episcopales - ya habían adelantado que las "propuestas concretas" que el papa había pedido en su discurso de apertura llegarán tras el estudio de todo el material producido estos días, las víctimas esperaban algo más.
El español Miguel Hurtado, que denunció abusos sexuales en el pasado por parte de un monje de la abadía de Montserrat, España, y es uno de los portavoces de Organización Global de Víctimas (ECA), afirmó que las palabras del papa Francisco este domingo han sido como "un guantazo".
Consideró las propuestas del pontífice como "genéricas" y mil veces repetidas y afirmó que no habló de las verdaderas propuestas que esperan las víctimas: "Entregar a la Justicia a los responsables, de entregar los documentos a la magistratura y no destruirlos cómo desveló uno de los obispos, o que los responsables de los abusos van a perder su puesto de trabajo, ni de indemnizar económicamente a las víctimas...".
El italiano Francesco Zanardi, presidente de la Red de Víctimas de Italia, también lamentó que el papa ha pronunciado solo "frases hechas" y no haya hablado de "procedimientos concretos, de dimisiones de obispos, de denuncias a la magistratura. La campaña de tolerancia cero anunciada por el Vaticano se ha convertido en credibilidad cero".