El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en Inglés) de Estados Unidos confirmó la muerte de un adolescente migrante mientras se encontraba bajo custodia de inmigración.
El viernes, el HHS emitió un comunicado lamentando esta trágica pérdida, pero no reveló el lugar donde ocurrió el deceso, sin embargo, Cancillería Honduras publicó un comunicado de prensa en donde menciona que la muerte ocurrió en Safety Harbor.
El adolescente fue identificado como Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza, tuiteó el secretario de Relaciones Exteriores hondureño Enrique Reina. Maradiaga se encontraba detenido en una instalación en Safety Harbor, Florida, precisó Reina.
El joven había cruzado hacia Estados Unidos hace varias semanas y murió el miércoles, precisó un funcionario estadounidense enterado del asunto y que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones.
No se informó de momento sobre las causas del deceso ni de las circunstancias sobre algún problema médico relacionado con él.
Las restricciones al asilo conforme al Título 42 expiraron con el último minuto del jueves y el gobierno del presidente Joe Biden anunció nuevas cortapisas que entraron en vigor el viernes para quienes crucen la frontera.
Decenas de miles de personas intentaron cruzar la frontera de México a Estados Unidos semanas antes de la cancelación del Título 42, mediante el cual las autoridades estadounidenses expulsaban a muchas personas, pero otorgaban dispensas a otros, entre ellos menores de edad que cruzaran la frontera no acompañados por alguno de sus padres.
La muerte del adolescente es la primera de un adolescente migrante en custodia durante el gobierno de Biden. Al menos seis menores migrantes murieron en custodia federal durante el gobierno el anterior mandatario, Donald Trump.
El HHS administra instalaciones de largo plazo para mantener a menores que hayan cruzado la frontera sin uno de los padres hasta que se les pueda colocar con un patrocinador.
Las instalaciones del HHS usualmente tienen camas y otras estructuras, y cuentan con enseñanza y otras actividades para los menores, a diferencia de las estaciones y centros de detención de la Patrulla Fronteriza en los que a veces los migrantes recluidos tienen que dormir en el piso de las celdas.