El icónico edificio de Sears ubicado en Boyle Heights se encuentra en medio de un controvertido debate habitacional.
El inmueble, cuya apertura se registró en 1920, único en su clase, era centro de reuniones para la élite angelina y rápidamente se solidificó como un lugar central para hacer que la gente hiciera sus compras.
La conocida marca Sears lo establecía así. Y fue precisamente el año pasado cuando cerró sus puertas de manera definitiva.
Una vez cerrado, el inmueble de 26 acres se convirtió en un gran anzuelo para inversionistas, quienes rápidamente decidieron convertirlo en un centro de rehabilitación y vivienda, conociendo la crisis que atraviesa California por albergar a un gran número de personas.
El proyecto pretende ofrecer unas 10 mil viviendas para personas desamparadas y tres alimentos al día. Asimismo, ofrecería transporte gratuito y así evitar congregaciones en las calles aledañas.
Sin embargo, un grupo de residentes de la zona de Boyle Heights ha mostrado su descontento por la falta de inclusión de sus opiniones sobre el proyecto. Pues hoy este grupo de residentes sostendrá una reunión con el desarrollador y oficiales gubernamentales para plantear su descontento y para hacer preguntas sobre el proyecto de vivienda.
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