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Estudio: el riesgo conjunto del calor extremo y el humo de los incendios forestales acecha a California

Un estudio publicado el viernes sostiene que el cambio climático aumenta la frecuencia en que los dos eventos ocurren simultáneamente, particularmente en California.

Telemundo

LOS ÁNGELES - El calor extremo y el humo de los incendios forestales, dos fenómenos en aumento asociados al cambio climático por investigadores del tema, son dos amenazas individuales para la salud humana. Pero cuando se presentan de forma combinada representan un riesgo cada vez mayor, sobre todo para poblaciones vulnerables como las comunidades de bajos recursos y las racialmente marginadas.

Tanto así que en Estados Unidos ya hay voces que plantean a las autoridades meteorológicas emitir una alerta conjunta cuando hay días calurosos y con aire tóxico, en lugar de que sean advertencias separadas.

Un estudio publicado el viernes en el diario científico Avances de la Ciencia sostiene que el cambio climático, que está empeorando fenómenos meteorológicos como sequías, olas de calor e incendios forestales, aumenta la frecuencia en que los dos eventos ocurren simultáneamente, particularmente en California.

De 2006 a 2019, hubo 5,423 días en donde se registraron ambos problemas, según el estudio.

Aunque el estudio está enfocado en California, patrones similares se pueden encontrar en el oeste de Estados Unidos, como en Oregon y Washington, en Canadá y Columbia Británica, y en lugares con clima mediterráneo, según precisó uno de los autores.

Los investigadores encontraron, además, que el perjuicio combinado resultó en un aumento de las hospitalizaciones por afecciones pulmonares y de corazón, impactando de manera desproporcionada a residentes de menores ingresos, así como a hispanos, negros, asiáticos, indígenas y otros grupos raciales marginados.

Las razones para que se dé esta incidencia focalizada en ciertas comunidades son varias.

Según los cinco autores del informe, creado por el Instituto Scripps de Oceanografía en la Universidad de California (UC), en San Diego, y la Escuela de Salud Fielding, en la UC de Los Ángeles, hay componentes de racismo estructural, prácticas discriminatorias, carencia de seguro médico, menos comprensión de los riesgos a la salud y una prevalencia más alta en estas personas de comorbilidades, es decir, que adolecen de dos o más enfermedades.

Los investigadores analizaron registros californianos del sistema de salud, desglosados por 995 códigos postales, durante episodios de calor extremo y aire tóxico debido a incendios forestales.

El informe encontró que en California, entre los años 2006 y 2019, las hospitalizaciones cardiorrespiratorias aumentaron un 7% en días en que concurrían los dos factores y, además, las cifras eran más altas en códigos postales donde las personas tenían alta probabilidad de ser pobres, de pertenecer a grupos raciales marginados, de residir en zonas de alta densidad poblacional y en áreas donde está menos extendida la cobertura con un seguro médico.

Además de los riesgos a la salud, el estudio recalcó que estar hospitalizado conlleva otras consecuencias significativas, como perder horas de trabajo o de escuela y quedar con altas facturas médicas, lo que también afecta más a poblaciones de bajos recursos, dijo Tarik Benmarhnia, uno de los autores y epidemiólogo del cambio climático en la UC de San Diego.

Ya sobre el terreno, coincide que la infraestructura, el ambiente y los recursos disponibles son factores determinantes. Los hogares con aire acondicionado y los vecindarios con cobertura de árboles están mejor protegidos ante el calor extremo, así como los edificios que tienen un sistema para filtrar el aire y el humo de incendios forestales o los que tienen un aislamiento más eficiente para el calor.

Esto último puede marcar la diferencia, de acuerdo con uno de los investigadores del informe, entre poblaciones más expuestas y menos expuestas.

Cuando las condiciones del entorno son mejores, “incluso si eres muy susceptible —tienes muchas comorbilidades—, es posible que tengas más oportunidades de no verte afectado o no tener que ir a urgencias o a hospitales. Pero si vives en un lugar bastante remoto, que no tenga acceso a servicios sociales o comodidades, puede ser más problemático”, destacó Benmarhnia.

Por ejemplo, en el Valle Central californiano y en las montañas norteñas —áreas identificadas de alto riesgo— hubo más concurrencia de las dos condiciones, de calor extremo y aire tóxico, considerando que también hay más incidencia de incendios forestales en las montañas cercanas. Y los residentes del Valle resultaron ser más vulnerables porque en esa zona es mayor el número de personas que trabaja al aire libre y porque, además, están expuestos a otros factores de contaminación ambiental como pesticidas, detalló Benmarhnia.

Y, ¿cómo afectan a la salud humana los dos factores climáticos? Según Christopher T. Minson, profesor de fisiología humana en la Universidad de Oregon que no es parte del informe, en días de calor extremo, el cuerpo tiene más dificultades para refrescarse a través de la sudoración, puede deshidratarse y el corazón trata de compensar esa situación palpitando más rápido, lo que deriva en un aumento de la presión sanguínea.

“Si estás deshidratado o si tienes algún tipo de enfermedad cardiovascular, serás menos capaz de tolerar ese estrés por calor; y el estrés por calor puede volverse muy, muy peligroso”, explicó.

La médica de emergencia Catharina Giudice, que trabajó en un hospital en Los Ángeles y es investigadora en la escuela de salud en Harvard —que no fue parte del informe—, asegura que en días de calor extremo notó que llegaban a las emergencias del hospital más pacientes y que presentaban una variedad de condiciones médicas. Mientras que, durante los incendios forestales, había más personas con problemas de asma y con otras enfermedades respiratorias.

Las partículas que se encuentran en el humo de incendios forestales pueden entrar con facilidad por la nariz y por la garganta hasta los pulmones, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Las más pequeñas hasta pueden llegar a la sangre.

Y el conjunto de las dos condiciones en el cuerpo puede causar inflamación, dijo Minson. “Y la inflamación empeorará toda la regulación cardiovascular y, a largo plazo, tendrá más riesgo de sufrir ataques cardíacos y otros problemas con malos resultados de salud. Es un efecto dominó”, indicó.

En 2022, otro estudio elaborado por la Universidad del Sur de California, encontró que el riesgo de muerte se eleva en días donde coinciden el calor extremo y la contaminación del aire. Cuando se presentaban olas de calor, el riesgo de muerte crecía un 6.1%; cuando había aire contaminado, un 5%; pero cuando concurrían los dos fenómenos, llegaba hasta un 21%.

De ahí que los autores del informe recomienden a agencias como el Servicio Nacional de Meteorología y a las autoridades de calidad del aire de los distritos locales que, además de difundir advertencias separadas para días calurosos y con aire tóxico, “sería beneficioso emitir una advertencia conjunta" cuando las personas se vean expuestas a los dos factores a la vez.

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