Las autoridades federales y locales encargadas de hacer cumplir la ley discutieron un esfuerzo de varias agencias para acabar con una llamada “vía de escape” en la que los niños y los adultos jóvenes en hogares de acogida son atraídos a las calles a lo largo del corredor Figueroa en el sur de Los Ángeles para trabajar como prostitutas.
El tramo de 3,5 millas de la calle Figueroa que se extiende desde la avenida Gage hasta Imperial Highway ha sido un centro para trabajadoras sexuales menores de edad durante décadas. Se puede ver a mujeres y niñas en varios estados de desnudez caminando por el famoso “paseo” día y noche mientras los “clientes” conducen por la zona buscando ligar con ellas.
Docenas de videos de YouTube muestran la actividad.
Desde el año pasado, un grupo de trabajo multijurisdiccional se ha centrado en el epicentro de la trata de personas y la actividad delictiva, con el objetivo de localizar y ayudar a las víctimas de la trata, identificar, detener y condenar a los proxenetas y traficantes, e interrumpir los compradores de servicios sexuales de menores y víctimas de la trata.
El esfuerzo no tiene como objetivo procesar a las trabajadoras sexuales, dijeron los funcionarios.
Durante la conferencia de prensa del miércoles, el fiscal federal Martin Estrada dijo que si bien la trata de personas es un problema global, “no es necesario buscar en un país lejano para encontrarlo. Existe aquí mismo... a poca distancia del centro de Los Ángeles y a tiro de piedra de la USC”.
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Estrada agregó que muchos de los jóvenes que trabajan en las calles son “del sistema de hogares de acogida. Estas víctimas son tan vulnerables como es posible. Lo que vemos es una tragedia de derechos humanos que se desarrolla todas las noches”.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, dijo que el problema “es un azote para nuestra sociedad. Este problema revela una brecha en la red de seguridad que debería proteger a estos niños”.
Aproximadamente 100 adultos jóvenes abandonan el sistema de hogares de acogida en el condado de Los Ángeles cada mes porque cumplen 21 años. En ese momento, con frecuencia son vulnerables a los proxenetas, “y lo siguiente que saben es que están siendo objeto de trata por todo el país”, según Bass.
Por ejemplo, cuando un joven que vive en un hogar comunitario cumple 21 años, “literalmente empacamos sus maletas y lo enviamos a la calle”, dijo Bass.
Dijo que el Fondo del Alcalde para Los Ángeles, principalmente un programa de prevención de la falta de vivienda, se ha ampliado para atender a los adultos jóvenes que salen del sistema de hogares de acogida.
La falta de vivienda es una de las razones por las que los jóvenes son víctimas de proxenetas a lo largo del corredor Figueroa, porque no tienen adónde ir, dijo Bass.
La iniciativa del corredor Figueroa está diseñada para ayudar a las mujeres jóvenes y las niñas que realizan trabajo sexual en el área a encontrar oportunidades y sacarlas de las calles, dijo Estrada.
La fiscal de la ciudad de Los Ángeles, Hydee Feldstein Soto, describió las “horribles” escenas callejeras que presenció durante un reciente paseo nocturno con la policía de Los Ángeles.
“Mujeres y niñas en varios estados de desnudez y un paseo específico para niños, un paseo para niños”, dijo. “Durante el día, era casi igual de malo”.
Los fiscales federales de Los Ángeles también anunciaron el miércoles varios casos relacionados con el tráfico sexual de menores. En uno de ellos, el supuesto proxeneta Christian Brandon O'Neal Scurlock, de 21 años y residente de Moreno Valley, fue vinculado a menores que trabajaban como trabajadoras sexuales comerciales en el corredor Figueroa.
En marzo, las imágenes de la cámara de la policía en Figueroa Street mostraron a O'Neal gritando a una víctima de 13 años, quitándole la ropa y marchándose del área, dejándola completamente desnuda en la calle, según la Fiscalía de los Estados Unidos.
El mes pasado, un gran jurado federal presentó una acusación formal que imputaba a O'Neal dos cargos de tráfico sexual de una menor y dos cargos de transporte de una menor en comercio interestatal para participar en la prostitución y la actividad sexual delictiva.
Una verificación de antecedentes de dos niñas en el caso reveló que ambas habían sido denunciadas como menores desaparecidas de California. Ambas víctimas dijeron a la policía que O’Neal las había llevado a Las Vegas para proporcionar servicios de prostitución como trabajadoras sexuales comerciales menores de edad y que normalmente trabajaban en “Fig”, abreviatura de la calle Figueroa. O'Neal exigió a ambas víctimas menores de edad que le entregaran el dinero que ganaban con la prostitución, afirman los fiscales.
