¿Recuerdan la historia de Levi Sandoval, el joven salvadoreño con problemas de crecimiento que anhelaba conocer a Lionel Messi? Pues, lo consiguió gracias al reportaje que mostramos aquí en Telemundo 52 Los Ángeles.
Quiero pedirles que por favor, abandonen la idea de distinguir entre lo posible y lo inalcanzable, quiero trasladarlos con esta historia a ese momento que se convirtió en un territorio fantástico. Ábranle las puertas de su corazón a un joven que soñó conocer a su idolo y lo consiguió a la perfección en el país de la eterna sonrisa.
Decidí tomar un vuelo para comprobarme a mí mismo que el secreto de un buen contador de historias es que lo que narre pueda encajar en la cabeza y lo pueda entender el corazón de quienes lo escuchen.
Bajo esa ruta en mi mapa llegue a El Salvador.
Todos los viajes tienen destinos inimaginables y sin saberlo Levi estaba a las puertas de convertirse en actor protagonista de una historia que para muchos parecía imposible
El estadio Cuscatlan se transformó en un campo de juego donde otro fútbol cobró vida cuando se dio cuenta que conocería y acompañaría a su ídolo en los actos protocolarios.
“La verdad yo no sabía que me iba a tocar con Messi, pero ahí Dios hizo el milagro, y me tocó con Mesi. Yo le dije ‘hola es un gusto conocerle’, me dijo ‘igualmente’ y ahí el me agarró la mano”, dijo Levi.
En ese momento, el tiempo con tintes de eternidad parecía haberse detenido.
“Yo no creía que estaba pisando el césped del estadio Cuscatlan, pensaba que era un sueño”, dijo Levi.
En medio del silencio mas puro, la melancolía, y la alegría se entrelazaron poco a poco en el corazón de sus padres.
“Sinceramente me dieron ganas de llorar, y yo dije ‘gracias Señor’”, dijo Dulce Maria Sandoval, madre de Leví.
“Ese momento tan especial que él tanto había anhelado, también a mi se me rodaron las lágrimas”, dijo Julio Melara, el padre de Leví.
Con la felicidad como bandera caminaba e iba dibujando detalles de satisfacción por donde pasaba y no era para menos ese momento que tanto anheló estaba traspasando la línea que separa la realidad de la imaginación.
“Mi corazón estaba a mil, al trillón. Estaba emocionado pero un poquito nervioso”, dijo Leví sobre el momento en el conoció a Messi.
Con un suspiro dentro de una sonrisa daba gracias a Dios y es que hay momentos que cambian la vida de una persona sin necesidad siquiera que ruede el balón.
“Cuando me ven dicen, ‘ahí va el niño que salió con Messi”, dijo Leví y agregó, “yo no creí lo que me había pasado, que me había vuelto famoso en literalmente una semana.
Se marchó de su casa temprano, pero, regresó a su hogar vestido con un traje de etiqueta y a la medida de una persona que cumplió su sueño más anhelado.
Me despedí de Levi y su familia con el corazón lleno, porque aquí, la felicidad se me había adelantado, hizo maletas y había pasado de largo, rumbo a otra dirección.
A veces el fútbol se transforma en un abrazo con las personas que sueñan en grande. Después de haber visto la lección de vida que nos ha demostrado Levi es imposible pensar ahora que el fútbol es solo fútbol, si a veces se respiran este tipo de historias que contienen ese aroma a la más pura y auténtica felicidad.