El número de personas sin hogar contabilizadas en el condado de Los Ángeles ha disminuido ligeramente, disminuyendo aproximadamente un 0,3% desde el año pasado, mientras California continúa luchando con la crisis de larga data de decenas de miles de personas que duermen en automóviles y campamentos.
Los resultados publicados el viernes de un recuento requerido por el gobierno federal realizado en enero encontraron que 75,312 personas se encontraban sin hogar en una noche determinada en todo el condado, en comparación con 75,518 en 2023. Alrededor de 45,252 estaban dentro de la ciudad de Los Ángeles, donde la frustración pública ha aumentado a medida que las tiendas de campaña han proliferado en aceras y en parques.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró el estado de emergencia para personas sin hogar en su primer día en el cargo en diciembre de 2022. El número de personas sin hogar en la ciudad de aproximadamente 4 millones de habitantes, una de las más grandes del país, es aproximadamente igual a la población de Palm Springs.
“Este no es el final, es el comienzo y juntos aprovecharemos este progreso”, dijo Bass en un comunicado.
Janice Hahn, miembro de la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles, dijo en un comunicado que "por primera vez en años, el número de personas que duermen en nuestras calles ha disminuido y el número de personas en nuestros refugios ha aumentado".
Las estimaciones se publicaron el mismo día en que la Corte Suprema despejó el camino para que las ciudades hicieran cumplir la prohibición de que las personas sin hogar duerman al aire libre en lugares públicos, anulando un fallo de un tribunal de apelaciones de California que encontró que tales leyes equivalen a un castigo cruel e inusual cuando falta espacio para albergar.
Bass advirtió en un comunicado que la decisión del tribunal superior no debería utilizarse para criminalizar a la población sin vivienda.
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“Esta sentencia no debe utilizarse como excusa para que las ciudades de todo el país intenten salir de este problema mediante arrestos u ocultar la crisis de las personas sin hogar en las ciudades vecinas o en la cárcel. Ninguno de los dos funcionará”, dijo.
El condado de Los Ángeles es el más poblado del país, con alrededor de 10 millones de personas. Más de 1 de cada 5 de todas las personas sin hogar en los EE. UU. vive en el condado, según un recuento federal de 2022.
Bass dijo que fue la primera caída en el número de personas sin hogar en la ciudad en seis años. Ha asignado lo que llamó una cifra récord de 1.300 millones de dólares en el presupuesto de la ciudad para que las personas sin vivienda accedan a programas de refugio y tratamiento.
Aun así, la crisis actual se está manifestando a plena vista en prácticamente todos los barrios de la ciudad.
El problema es más evidente en el centro de Los Ángeles, donde miles de personas viven en chozas improvisadas que se alinean en cuadras enteras en el famoso barrio conocido como Skid Row. Regularmente aparecen tiendas de campaña en las aceras y en los parques fuera del Ayuntamiento, y cada vez más se encuentran campamentos en áreas suburbanas y debajo de pasos elevados de autopistas.
El programa exclusivo de Bass, denominado Inside Safe, ofrece a personas sin hogar habitaciones de motel y un camino hacia una vivienda permanente con servicios. Hasta ahora tiene más de 2.760 inscritos, dijo su oficina esta semana.
Los voluntarios de la Autoridad de Servicios para Personas sin Hogar de Los Ángeles se desplegaron por todo el condado en enero para el componente principal del informe anual, el recuento de las calles sin refugio. El llamado recuento puntual se llevó a cabo durante tres días, pero los resultados no se publicaron hasta que fueron validados por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos.
El Congreso exige los recuentos cada dos años y utiliza la información para distribuir recursos para servicios para personas sin hogar.
El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, ha presupuestado sumas récord para combatir la falta de vivienda que prevalece en las principales ciudades del estado y en muchas comunidades más pequeñas. Una auditoría estatal realizada en abril encontró que California gastó 24 mil millones de dólares para abordar la falta de vivienda en los últimos cinco años, pero no hizo un seguimiento consistente de si el enorme desembolso de dinero público realmente mejoró la situación.
