La ejecución ilegal de burros en Death Valley pone en evidencia una complicada controversia en California

Los burros, o asnos salvajes, no son una especie nativa de Estados Unidos y su población crece un 20 por ciento cada año. ¿Cómo puede California resolver este gran problema?

Burros en California

  • Las autoridades investigan la muerte de cinco burros que fueron encontrados en un parque nacional de California.
  • Los burros sobreviven a las inclementes temperaturas del Valle de la Muerte, ya que pueden pasar cinco días sin agua.
  • El Servicio de Parques Nacionales describió a los burros en California como invasivos, pero activistas dicen lo contrario y se dedican a protegerlos.

La matanza ilegal de cinco burros encontrados muertos el 10 Julio en el Parque Nacional del Valle de la Muerte marcó el último capítulo de una prolongada controversia sobre cómo gestionar el crecimiento exponencial de esta población de animales.

Los burros fueron abatidos ilegalmente a tiros en la zona de Lower Wildrose del Parque Nacional del Death Valley a unas 200 millas al norte de Los Ángeles, según el Servicio de Parques Nacionales. La investigación sobre quién mató a los burros está en curso, pero la reacción al descubrimiento puso de relieve una disputa que involucra a investigadores, funcionarios gubernamentales y defensores de los burros.

Los burros, o asnos salvajes, no son nativos de los Estados Unidos y existen divisiones sobre cómo manejar su población, que crece un 20% cada año, en el Parque Nacional del Valle de la Muerte. Aunque los animales están protegidos federalmente en tierras públicas, los asesinatos ilegales de burros no son infrecuentes. El año pasado, alguien le disparó a un burro salvaje en el sur de Nevada, y en 2019, las autoridades investigaron la muerte de 42 burros en el desierto de Mojave.

By the numbers

 

El Servicio de Parques Nacionales (NPS, por sus siglas en inglés) dijo en un comunicado de prensa que "se sabe que los burros dañan los manantiales sensibles del desierto mediante el pisoteo, el pastoreo excesivo de la vegetación y el ensuciamiento del agua. También compiten con el borrego cimarrón y otros animales salvajes nativos por los escasos recursos del desierto, como la comida y el agua".

Los burros, o asnos salvajes, no son nativos de los Estados Unidos y existen divisiones sobre cómo manejar su población, que crece un 20% cada año, en el Parque Nacional del Valle de la Muerte

Ese lenguaje llamó la atención de Mark S. Meyers, director ejecutivo de Peaceful Valley Donkey Rescue (PVDR por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que brinda hogares seguros para burros no deseados.

"No me gustó la forma en que el Servicio de Parques Nacionales redactó su comunicado de prensa, porque casi parecía que estaban haciéndole un favor al país al matarlos", dijo Meyers.

Fotografía de Mark S. Meyers/Burroman Productions.

PVDR colabora con Death Valley para retirar burros salvajes y, en los últimos cinco años, han reubicado a 279 burros del parque, explicó Nichole Andler, jefa de interpretación y educación del Parque Nacional Death Valley. Los animales fueron abatidos con un calibre de munición "inferior al que se suele utilizar para la caza", lo que significa que "no se les dio muerte de forma humanitaria, y probablemente sufrieron antes de sucumbir a sus heridas", dijo Andler.

El comunicado del NPS continuó señalando que es ilegal usar un arma de fuego en un parque nacional, y que los animales que se alimentan de los burros muertos ingieren sin darse cuenta el plomo tóxico de la bala.

“Matar o perturbar las actividades de los animales en un parque nacional está prohibido por el Código Federal de Regulaciones 36 C.F.R. § 2.2 (2023). Matar animales en un parque nacional es un delito menor con una multa de hasta 500 dólares o una sentencia de prisión que no excede los seis meses”, escribió Andler más tarde en un correo electrónico.

Dado que la investigación está en curso, el parque no ha revelado muchos detalles sobre el caso. Se pide a cualquier persona que tenga información sobre el incidente llamar al teléfono de información del Servicio de Parques Nacionales marcando al 888-653-0009.

Una mirada histórica sobre los burros

Dos burros junto a un hombre en la plaza de Los Ángeles en el 1900. Los burros tienen el pelaje largo y la de la derecha lleva provisiones atadas en haces en la espalda. Al fondo se ve una zona vallada con un gran edificio y un patio. Fotografía de las bibliotecas de University of Southern California Libraries y California Historical Society. Reproducida digitalmente por la USC Digital Library.

Los burros adultos miden 44 pulgadas de altura y pesan alrededor de 500 libras. Tienen el pelaje marrón grisáceo, la espalda inclinada y las orejas almendradas. Los burros suelen tener crines oscuras que parten de la base de sus gruesos cuellos y terminan en brotes puntiagudos en la parte superior de la cabeza. 

Son el mismo tipo de animal que una mula, pero son más pequeños y tienen el pelo más largo.

Los antepasados de los burros salvajes procedían del norte de África y de la Península Arábiga, y los colonizadores europeos trajeron estos animales a Norteamérica para ayudarles en la conquista de distintos lugares. Desde entonces, los burros se han utilizado como medio de transporte y mano de obra.

La Dra. Talesha Karish, bióloga especializada en fauna salvaje, se autoproclama "entusiasta" de los burros. Ha investigado la selección del hábitat de estos animales y su dependencia del agua, así como métodos para controlar el tamaño de su población.

En California, los burros son recordados por ayudar a trasladar mineros y minerales durante la Fiebre del Oro. Los burros "ayudaron a galvanizar California", dijo Karish. "La Fiebre del Oro no habría sido posible sin ellos".

Tres burros de carga utilizados en la minería, California, hacia 1900. Detrás, un hombre montado en otro burro. Están cerca de un muro de piedra que termina en un árbol. Detrás de ellos se ve una pequeña construcción de madera tosca. Fotografía de las bibliotecas de University of Southern California Libraries y California Historical Society. Reproducida digitalmente por la USC Digital Library.

Karish afirma que, aunque algunos burros escaparon durante la Fiebre del Oro, muchos más se covirtieron en animales salvajes cuando la gente comenzó usar vehículos motorizados como su principal medio de transporte. 

"Los burros ya no eran tan útiles, así que la gente empezó a soltarlos en la naturaleza. Mientras algunos morían, otros prosperaban", sobre todo en entornos donde muchos animales no pueden vivir debido a las duras condiciones, explicó. 

Esto incluye a Death Valley, famoso por ser el lugar más seco de Norteamérica y el más caluroso del planeta, con una temperatura récord en julio que alcanzó los 134 grados Fahrenheit.

¿Qué características ayudan a los burros a sobrevivir en el desierto?

Fotografía de Mark S. Meyers/Burroman Productions.

Los burros pueden vivir en un entorno tan brutal porque "se criaron por su resistencia, su fuerza y su intrepidez", dijo Karish.

Tienen estómagos especiales que les permiten digerir plantas del desierto que no tienen muchos nutrientes, explicó, pero esto significa que tienen que comer muchas de esas plantas. 

En Death Valley, los burros comen 6,000 libras de hierba, arbustos y otras plantas del desierto al año, aproximadamente el peso de una camioneta, cuatro jirafas hembras o 30 hombres.

Los animales son capaces de hidratarse rápidamente, según Karish, permitiéndoles sobrevivir en lugares secos. 

Los burros pueden pasar cinco días sin agua, lo que les ayuda a "pastar a grandes distancias de las fuentes de agua" e "ir de fuente de agua en fuente de agua mientras pastan", explicó Meyers, de Peaceful Valley Donkey Rescue. 

Las orejas de los burros tienen grandes venas, y cuando la sangre pasa a través de ellas, "la brisa del desierto enfría la sangre", dijo Meyers, añadiendo que los ciervos mulos y las liebres tienen grandes orejas con el mismo propósito.

¿Por qué los burros pasaron de ser el "espíritu del Oeste" a ser un problema?

Un burro llamado Whiskers está ensillado y parado frente a un terraplén en Mount Lowe, California. Fotografía de las bibliotecas de University of Southern California Libraries y California Historical Society. Reproducida digitalmente por la USC Digital Library

La Ley de Caballos y Burros Salvajes de Deambulación Libre de 1971 esbozó la protección, gestión y control de los burros salvajes en terrenos públicos, al tiempo que destacaba su importancia para California y el resto del país.

En ella se afirma que "el Congreso considera y declara que los caballos y burros salvajes son símbolos vivos del espíritu histórico y pionero del Oeste; que contribuyen a la diversidad de formas de vida dentro de la Nación y enriquecen la vida del pueblo estadounidense".

Pero, dado que la población de burros salvajes sigue creciendo a un ritmo tan rápido, quitan recursos a los animales nativos y pueden estorbar a los humanos cuando deambulan por nuevos lugares en busca de agua, sombra o comida.

"Están programados para comer constantemente", afirmó Meyers. 

Los burros se desplazan desde el desierto hasta las ciudades durante el verano, cuando la tierra está especialmente seca, Meyers dijo.

"Provocan accidentes de tráfico. Son una molestia general".

Meyers dijo que en el pueblo de Fort Irwin, el PVDR ha colocado trampas para burros en el campo de béisbol local y en el estacionamiento del Burger King. Los burros también obstaculizan los ejercicios de entrenamiento en el fuerte porque les gusta estar a la sombra de los puntos de tiro al blanco, dijo. 

Los burros han encontrado sombra en el complejo Goldstone Deep Space Communications de la NASA, bajo gigantescas antenas parabólicas. Meyers dijo que los científicos se irritan porque los burros se aburren y empiezan a masticar las cuerdas.

Añadió que en el invierno, a los burros les gusta pasar el rato junto a una pista de aterrizaje que se utiliza para drones del ejército, porque irradia calor. 

Al principio, cuenta Meyers, la gente iba a espantar a los burros cuando un dron estaba a punto de aterrizar, pero cuando los burros aprendieron que nadie les haría daño, la gente, en grupos de cuatro, tuvo que levantarlos y sacarlos de la pista de aterrizaje. Ahora, dijo, han construido una cerca para mantener a los burros fuera.

"Dicen que son testarudos. No lo son. Son muy listos", Meyers afirmó. 

Aunque los burros estorben, Meyers dijo que han sido terriblemente maltratados. "Vemos las cosas más atroces que la gente puede hacer a los animales", dijo Meyers, citando casos de negligencia y abuso. 

"Tenemos que practicar la eutanasia a algunos de estos animales porque llegan a nosotros en tan mal estado que no podemos ayudarles".

"Tenemos que practicar la eutanasia a algunos de estos animales porque llegan a nosotros en tan mal estado que no podemos ayudarles".

Mark S. Meyers, director ejecutivo de Peaceful Valley Donkey Rescue
Burros beben un sorbo de agua en su corral frente a los satélites del complejo Goldstone Deep Space Communications de la NASA. Fotografía de Kyle Nealey.

Soluciones al dilema del burro salvaje

TTres burros salvajes posan para la cámara. Fotografía de Mark S. Meyers.

En la actualidad, el Parque Nacional Death Valley está poniendo vallas en ciertas zonas, como los manantiales importantes que utilizan los animales autóctonos, para mantener alejados a los burros, explicó Andler.

El parque ha colaborado con la Oficina de Administración de Tierras en el pastoreo, la captura y la reubicación de burros usando helicópteros, y tiene un memorando de acuerdo con el PVDR para ellos llevarse también algunos de los burros.

A pesar de los esfuerzos para reducir la población de burros, se calcula que en 2022 habían 4,000 burros en el parque. 

Los investigadores han estado experimentando con el control de la fertilidad mediante el uso de "una vacuna que sólo elimina temporalmente la capacidad del burro para reproducirse, pero hay que seguir administrándola cada año", dijo Karish.

En una población que se desplaza constantemente y crece con tanta rapidez, "eso es casi imposible", añadió, "pero tampoco creo que acorralar y adoptar sea una solución a largo plazo, porque al final nos quedaremos sin gente que quiera adoptar burros".

Aunque los investigadores, guardas forestales y rescatadores de burros siguen buscando la mejor forma de gestionar la población de los animales, están de acuerdo en que los cinco burros que aparecieron abatidos en Death Valley no deberían haber muerto de la forma en que lo hicieron, independientemente de cómo los vea la gente.

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