Los vendedores ambulantes generan más de $550 millones, solo en el condado de Los Ángeles.
Sin embargo, en el Inland Empire, muchos no han podido obtener sus permisos. Incluso afirman que han sido arrestados a pesar de las recientes leyes de California aprobadas para apoyarlos.
Son decenas de miles de vendedores de todo tipo de alimentos que salen cada día a buscar el sustento diario en California. Pero muchos de estos comerciantes de los condados de San Bernardino y Riverside dicen sentir miedo.
“¡Oh, miedo! Yo sentí de mi parte. Yo sentí miedo porque llegó la policía”, cuenta Fabian Perez, quien se gana la vida como vendedor ambulante. Me pidieron mi identificación, todo eso. Pero yo no estoy haciendo nada malo si estoy trabajando”.
“Queremos que no extiendan su poder para criminalizarlos”
La ciudad de Fontana aprobó en octubre una ordenanza que busca regular aún más la venta ambulante de comida, con el fin de “proteger la salud pública y la seguridad” de los residentes.
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La nueva medida le permite a las autoridades decomisarles los alimentos, el equipo de trabajo, incluyendo el carrito y retenerlo por 60 días y luego cobrar $232 para reclamarlo.
“Es muy difícil porque, aparte de que les van a dar multa, les van a confiscar todo su material”, dice Olga Flores, organizadora de vendedores ambulantes”.
“Entonces, ellos tienen que invertir más dinero en comprar todo su equipo para poder vender una vez más”.
Según la nueva ordenanza, si un vendedor en Fontana interfiere y se rehúsa a que le decomisen su equipo de trabajo, podría enfrentar cargos por delito menor, una multa de $1,000 e incluso podría ir a la cárcel por 6 meses.
La ciudad de Fontana informó que le pagará $600,000 a la compañía privada “4Leaf” para que implemente estas reglas y monitoree a los vendedores 6 días a la semana
Los activistas dicen que la medida es racista y discriminatoria, principalmente contra la comunidad latina.
“Claramente, la ciudad de Fontana puede regular la venta ambulante”, dijo Lyzzeth Mendoza, de la Coalición Justicia para el Inmigrante.
“Pero queremos que no extiendan su poder para criminalizarlos con oficiales de la ciudad que nunca hubieran invertido $600,000 para expandir ese programa de criminalización”.
“Todos tenemos la necesidad de trabajar”
Aunque la Ley SB 946, aprobada en 2018, legalizó la venta ambulante en California, las disposiciones aún complicaban que muchos vendedores de bajos ingresos obtuvieran sus permisos.
Es por eso que el gobernador Gavin Newsom firmó, en 2022, la Ley SB 972 que facilita la obtención de los permisos para los vendedores ambulantes de bajos ingresos.
Para trabajar en Fontana, los vendedores necesitan un permiso de la ciudad y otro del Departamento de Salud del Condado de San Bernardino, que sumarían más de $500. Pero los requerimientos exigen equipos que podrían costar de $2,000 hasta $7,000 dólares
“Nada más lo que queremos es que nos dejen trabajar”, dijo Tito Espinoza, quien se gana la vida como vendedor ambulante. “Todos tenemos la necesidad de trabajar, de salir adelante. Tenemos hijos que tenemos que mantener”.
Según la alcaldesa de Fontana, Acquanetta Warren, la ciudad ha ofrecido incentivos para que más vendedores obtengan sus permisos, pero solo seis de ellos han obtenido la nueva licencia
Telemundo 52 se comunicó con las autoridades de Fontana para pedir su comentario sobre la nueva ordenanza pero aún no había recibido respuesta para el momento en que se redactó este artículo.
Los concejales votarán el martes, 15 de noviembre, sobre la multa que recibirán los vendedores.
