Se ha desarrollado un vínculo permanente entre un grupo de enfermeras que trabajan en una unidad de cuidados intensivos de COVID-19. Un vínculo que dicen que estará con ellas para siempre en tinta.
Es un símbolo militar, la punta de una lanza, pero a este le sigue con un corazón.
"Tengo el tatuaje más grande del grupo", dijo la enfermera Tiffany Hughes.
El tatuaje ahora está en tobillos, brazos y muñecas, marcando a estas guerreras médicas por una razón.
"Somos los primeros en la primera línea para atacar a un enemigo, para combatir al enemigo y para mí eso realmente explica por qué elegí la enfermería", dijo Christina Anderson.
Las enfermeras han llamado a su unidad COVID-19 en Mission Hospital la UCI “I”. Cada enfermera se ofreció como voluntaria para estar aquí y cada una dice que lo que ha evolucionado en los últimos meses fue inesperado… cohesión entre el caos.
"Algunas de nosotras nos estamos derrumbando y llorando en medio del día, pero eso es lo que hace que este vínculo entre nosotras sea tan bueno", dijo Hughes.
En un turno de 16 horas, han visto lo que ellas llaman los pacientes más enfermos de sus carreras y están aisladas del resto del hospital por seguridad.
“Confiamos el uno en el otro, todas tenemos días malos, todas entendemos por lo que estamos pasando. Por eso nuestro vínculo es tan fuerte", dijo Debbie Wooters.
Ellas hablan de tener que mantener a sus familias y de tomar de la mano a los pacientes, para que no mueran solos y de nunca rendirse.
"Es para nuestros pacientes", dijo Hughes.
Algún día la unidad de cuidados intensivos de COVID-19 se disolverá, pero el vínculo siempre lo tendrán.
"Este tatuaje representa no solo nuestro compromiso mutuo, sino también con nuestras familias y pacientes. Vamos a luchar para ver el fin de esto", dijo la enfermera Hughes.
