Los especialistas en agricultura encontraron 37 de estos insectos dentro de paquetes de papas fritas y chocolate.
El mes pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos descubrió más de tres docenas de escarabajos vivos escondidos dentro de paquetes de snacks japoneses en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos, los especialistas en agricultura encontraron 37 de estos insectos dentro de paquetes de papas fritas y chocolate durante un examen físico de un envío que llegó desde Japón por vía aérea.
"Pueden parecer inofensivos, pero en realidad, los escarabajos de contrabando representan una amenaza importante para nuestros recursos agrícolas vitales”, dijo Cheryl M. Davies, Directora de Operaciones de Campo de la CBP en Los Ángeles. “Los escarabajos pueden convertirse en una plaga grave al comer plantas, hojas y raíces y al poner huevos en la corteza de los árboles, lo que daña nuestros bosques”.
Los escarabajos fueron entregados a los funcionarios del USDA, donde determinarán su destino final. Probablemente serán donados a zoológicos locales que tengan permisos para estos insectos vivos o los preservarán para la recolección local de insectos.
Según la CBP, la importación de insectos vivos a los EEUU requiere un permiso de Protección y Cuarentena de Plantas (PPQ) del Servicio de Inspección de Animales y Plantas (APHIS) del Departamento de Agricultura de los EE. UU. (USDA), o una carta emitida por la unidad de Plantas, Patógenos y Biocontrol de PPQ.
“Los especialistas en agricultura de la CBP combinan su conocimiento científico de plagas dañinas y enfermedades de las plantas con su experiencia en la detección e interceptación de estas amenazas antes de que ingresen a nuestro país”, dijo Andrew H. Douglas, Director del Puerto LAX de la CBP. “Estamos muy orgullosos de sus contribuciones a nuestra misión de seguridad nacional”.
Los insectos exóticos suelen ser buscados por coleccionistas y entusiastas, dijo la CBP. El contrabando estaba valuado en $1,480 dólares estadounidenses.
