Los residentes de Highland Park celebran la instalación de reductores de velocidad en sus carreteras después de que un vecino muriera en un accidente de atropello y fuga el año pasado.
Los residentes de la calle Aldama se sienten satisfechos porque sus esfuerzos han dado frutos. Los automovilistas que viajan por esa vía ahora tendrán que tener cuidado con los reductores de velocidad en la carretera, desde el bulevar York hasta la Avenida 54.
“Estoy tan feliz, realmente puedo ver una diferencia”, dijo Jorge Morán, que vive en Highland Park. “Ahora, es un buen momento. Antes, había demasiado ruido y motocicletas. Ahora, estoy tan feliz de que hayan puesto cosas allí”.
Morán, junto con sus vecinos, han estado exigiendo que se instalen reductores de velocidad en su comunidad después de que, según dicen, han visto a innumerables personas conducir de manera imprudente en la carretera.
“Llevamos 20 años viviendo en esta casa y tenemos muchos problemas”, dijo. “El auto es muy rápido”.
El accidente mortal en donde el conductor se dio a la fuga motivo a los residentes a pedir más medidas de seguridad ocurrió el año pasado en la calle Aldama, cerca de Irvington Place. Allí, una mujer fue atropellada por un conductor que nunca fue atrapado.
Un familiar de la víctima, que deseaba permanecer anónimo, dijo que agradece a la ciudad por instalar los reductores de velocidad.