Lo que debes saber
- La Iglesia de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles fue el primer templo católico fundado en la ciudad.
- Comenzó a construirse en 1814 y se consagró el 8 de diciembre de 1822, convirtiéndola en la más antigua de Los Ángeles.
- Es un lugar donde la Virgen de Guadalupe atrae a miles de angelinos y residentes de otras partes de California.
Miles de devotos llegan anualmente a la iglesia de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles, donde los peregrinos se arrodillan ante la imagen de la Virgen de Guadalupe para agradecerle por cubrirlos siempre con su manto sagrado.
“Siempre nos ha bendecido con su presencia en el cielo”, dice Gabriel Briceno. “[Tengo mucha fe] en la virgen y en su hijo”.
La Iglesia de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles fue el primer templo católico fundado en la ciudad.
La iglesia comenzó a construirse en 1814, pero una inundación la destruyó antes de su finalización. Sin embargo, los trabajos continuaron y la estructura completa se consagró el 8 de diciembre de 1822, convirtiéndola en la más antigua de Los Ángeles.
Ese templo es el lugar donde la Virgen de Guadalupe atrae a miles de angelinos y residentes de otras partes de California. Muchos de ellos llegan a agradecerles por algún milagro en sus vidas.
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Dos de ellos fueron para Carmen, cuyo esposo fue sometido a una cirugía de corazón abierto, y su hija, quien padecía de una afección en los ojos.
“[La niña] tenía cataratas y podía quedarse cieguita y le prometí que la iba a llevar a la basílica y la niña está bien”, cuenta Carmen, una asidua visitante de la iglesia.
“También le prometí que si me lo traía bien a la casa [a su esposo], también le prometí que se lo llevaría a ver a la basílica”.
Durante años, la pequeña capilla, que recibió los apodos de "La Placita" y "Plaza Church", sirvió como la única iglesia católica romana en la ciudad, dejando una herencia que atrae a miles de hispanos.
Un período prolongado de lluvias dañó la fachada de adobe de estilo español en 1860, por lo que fue remodelada con un diseño más contemporáneo. Esta remodelación está llena del amor que embellece la casa de miles de católicos y guadalupanos.
Un recorrido por la historia del nacimiento de la ciudad de Los Ángeles
“[Es] un gran orgullo. El máximo orgullo es ser guadalupano y seguir a la Virgen siempre, todos los días de mi vida”, dice Gloria.
Para muchos, los cambios y restauraciones de la iglesia de la Placita Olvera no son un asunto estético, sino también el reflejo de las necesidades de la comunidad a la que sirve: los creyentes que llegan hasta allí con el corazón lleno de fervor.
“Quizás no solo por una tradición, sino por ser católicos”, dice la feligrés Alejandra Bates.