CIUDAD DE MÉXICO - Subieron al avión con las manos vacías, llevando solo la desilusión de no haber logrado su objetivo. Eran hombres, mujeres y niños, familias completas, que intentaron cambiar su destino viajando a Estados Unidos pero fueron devueltos a sus naciones de origen.
La deportación de más de 1,100 personas durante el 25 y 26 de mayo fue el arranque del puente aéreo y terrestre que puso en marcha el gobierno mexicano para retornar a su tierra natal a los extranjeros que no tienen una condición de estancia regular en este país.
Algunos de los migrantes que en esta ocasión fueron trasladados habían sido interceptados en diversas entidades de la república mexicana y otros fueron devueltos por Estados Unidos.
El Instituto Nacional de Migración confirmó que el movimiento se hizo en 11 viajes por carretera y cuatro vuelos. Y anticipó que este operativo no tiene una duración específica y su aplicación dependerá del flujo de estos casos.
“Cada país tiene sus defensas para defenderse de todo”.
Quienes aspiran a llegar más allá de la frontera norte de esta nación, como Ricardo Calel, se dijeron nerviosos por las acciones adoptadas por la secretaría de Gobernación, pero aseguraron que nada impedirá que alcancen sus sueños.
"Es normal que la gente siempre lo va a seguir intentando, esto va a seguir, la gente lo va a intentar a pesar de todo, que pongan solados la gente lo va a intentar", dijo Calel, quien es originario de Guatemala.
Fredy Cho ha sido deportado en tres ocasiones, por ello, al enterarse que ciudadanos de Guatemala, Honduras y El Salvador tuvieron que volver a la vida de la que huyeron, se dijo desanimado.
"A la vez enojo y tristeza porque todo el camino que se sufre, aguantando sed, hambre, bastantes cosas. Es bastante frustrado", expresó Cho, también de Guatemala.
Por ahora, las autoridades mexicanas no han confirmado cuándo y desde dónde se realizará el próximo retorno masivo.