Este jueves, 12 de diciembre, desde muy temprano feligreses llegaron a la iglesia nuestra Señora Reina de Los Ángeles, en la Placita Olvera, así como en otras iglesias en el sur de California.
Su fe y agradecimiento a la Virgen de Guadalupe los hace llegar cada año para cantar las mañanitas a la Morenita, llevar flores, rezar y agradecer por los favor recibidos por su intersección.
En punto de las 5 de la mañana el mariachi Victoria de Jesús cantó las mananitas a la virgen Morena en la primera iglesía fundada en Los Ángeles.
La pequeña luna lo hizo en la Basilica de Guadalupe en México y aquí tambien le cantó a la Morenita del Tepeyac.
Además, flores, candelas, oraciones y penitencias se volvieron acumular frente a murales que magnifica la fe de feligreses de todas partes del mundo.
Mientras tanto, en México, enormes multitudes se reunieron temprano en el día, cantando la canción tradicional mexicana de cumpleaños “Las mañanitas” en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe de la Ciudad de México para honrar a la virgen en el 493 aniversario de su aparición en 1531.
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En la basílica, que tiene una mezcla de arquitectura moderna y colonial, también estuvieron presentes bandas de mariachis y grupos de danza tradicional.
María Luisa Vázquez Mendoza, una ama de casa de 33 años, caminó durante 16 horas desde el vecino Estado de México para visitar la basílica en el lado norte de la capital y dar gracias “por un año más de vida, y porque mi familia está bien”.
“Sientes alegría en tu corazón cuando ves las puertas de la basílica tan cerca”, dijo Vázquez Mendoza. “Tu cuerpo se relaja por completo. Ya no sientes dolor ni cansancio”.
Más de 11 millones de fieles habían visitado la Basílica en los días previos a la celebración anual de la patrona de México, dijeron las autoridades.
Muchos habían caminado desde pueblos lejanos, otros habían viajado en bicicleta o autobús para llegar al enorme patio de la Basílica, donde un mar de tiendas de campaña albergaba a los peregrinos que habían dormido durante la noche para saludar a la virgen en la mañana.
La temperatura fría, las largas caminatas y la espera para ver el manto de la virgen dentro de la Basílica no los desanimaron. Muchos de los peregrinos caminaron el último kilómetro o más llevando flores o grandes pinturas de la virgen.
Según la tradición de la iglesia, en 1531, la virgen de piel oscura se apareció al campesino indígena Juan Diego y su imagen quedó impresa en su manto, que se exhibe dentro de la iglesia. Juan Diego fue declarado santo en 2002 por el Papa Juan Pablo II.
Tradicionalmente, quienes han pedido ayuda a la Virgen de Guadalupe vienen en señal de agradecimiento. Algunos, como el vendedor ambulante Christofer Hernández, completaron el último tramo hasta la Basílica descalzos o de rodillas.
Arturo Rivas fue una de las 200 personas que hicieron la peregrinación en bicicleta desde el cercano estado de Tlaxacala, un recorrido de más de 100 kilómetros.
“Estamos emocionados de venir año tras año”, dijo Rivas. “Esto es lo que nos enseñaron nuestros padres”.