Por espacio de una década, la iglesia católica en el sur de California ha conectado a inmigrantes con abogados y recursos, y especialmente a los menores que cruzan la frontera solos, a quienes han ayudado a resolver sus casos migratorios, y les han brindado una red de amor y solidaridad.
Por espacio de una década, la iglesia católica en el sur de California ha conectado a inmigrantes con abogados y recursos, y especialmente a los menores que cruzan la frontera solos, a quienes han ayudado a resolver sus casos migratorios, y les han brindado una red de amor y solidaridad.
A sus 16 años, en el 2022, Luis tuvo que escapar solo de su natal Guatemala, hizo una larga travesía hasta encontrar refugio en Estados Unidos.
“No tuve una buena vida, pero a veces extrañamos la tierra donde nacimos, nuestra cultura y nuestro hogar. No lo quisiéramos dejar, pero tener una nueva oportunidad te da ánimo de salir adelante”, dijo Luis, migrante no acompañado.
Luis tuvo la bendición de ser acogido por el Immigration Task Force Grupo de inmigración Inter-Diocesano de la Iglesia Católica, una coalición que ayuda a migrantes, creada por el obispo auxiliar David O’Connell.
El Inmigration Task Force lleva más de 10 años que se formalizó, y hace poco perdimos al obispo David O’ Connell, nuestro líder pastoral, y este año vamos a reconocer a todos los que han ofrecido servicios a inmigrantes", dijo Isaac Cuevas, Director de Inmigración de la Arquidiócesis de Los Ángeles.
Y entre los que han dado su tiempo y amor a este joven, está su abogada que está ayudándolo gratuitamente resolver su caso.
Luis además ha encontrado el apoyo de tres
jóvenes voluntarios con quien ha formado estrechos lazos de amistad a pesar de que vienen de mundos muy diferentes.
“Tanto como legal como emocional, la verdad son unas personas muy admirables”, dijo Luis.
“Desde ir a la corte o reunirse con abogados puede ser aterrador y estar junto a él es algo que lo tranquiliza”, dijo Taylor Towsley, está ayudando a migrantes.
Estos jóvenes dicen que esto ha sido una experiencia enriquecedora, no solo a nivel espiritual, sino intelectual, ya que les ha abierto las puertas a un mundo que no conocían: el mundo del inmigrante.
“Es algo que te abre los ojos a diferentes perspectivas, muy diferente a lo que ves aquí en Manhattan Beach”, dijo Alex Bindler, está ayudando a migrantes.
“Esto ayuda a trabajar la solidaridad en el mundo, a estar más unidos y eliminar los muros ideológicos que nos separan”, dijo Palmer Hedrick, está ayudando a migrantes.
Y con la reciente llegada de más inmigrantes buscando asilo al sur de California, este grupo de voluntarios parte del esfuerzo de inmigración de la iglesia, dice, seguirá dando la mano de ayuda, a quienes vienen huyendo con una maleta llena de esperanza.
“Siento que la mayoría de viajes son difíciles, pero ya estoy aquí y agradezco a Dios por estar aquí, y tengo muchos sueños por cumplir y metas”, dijo Luis.
