Tres hombres y una mujer sospechosos de participar en el robo y asesinato del oficial de policía de Los Ángeles fuera de servicio, Fernando Arroyos, fueron acusados el jueves en la noche en una denuncia penal federal por violación de leyes de extorsión al participar en el ataque.
El grupo, identificado en documentos judiciales como miembro de la pandilla callejera Florencia 13, presuntamente asesinó a Arroyos para resaltar las actividades de la pandilla, que anteriormente fue objeto de procesamientos federales contra el crimen organizado, dijeron funcionarios a NBC News.
La fiscalía federal, algo inusual en un caso de asesinato local, podría dictar posibles sentencias de muerte y sentencias mínimas de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, porque Arroyos presuntamente fue asesinado durante la comisión de un robo.
El Departamento del Alguacil del Condado de Los Ángeles dijo el martes que tres hombres y dos mujeres habían sido detenidos en la investigación, y el alguacil Alex Villanueva dijo el miércoles que se habían realizado cuatro arrestos, pero se negó a ofrecer más detalles.
La forma en que se iba enjuiciar localmente no fue suficiente para el alguacil Alex Villanueva. No se iban a incluir agravantes como el uso de armas, ni el hecho de que eran pandilleros.
“Para ellos iba a ser un sencillo homicidio punto y aparte y eso no es suficiente y no abarca la totalidad de este crimen y el mal que han hecho para la familia”, dijo Villanueva.
Luis Alfredo De La Rosa Ríos, 29, Ernesto Cisneros, 22, Jesse Contreras, 34, y Haylee Marie Grisham, 18, están acusados de confrontar a Arroyos, identificado en documentos judiciales como víctima, "F.A.", en East 87th Street la noche del 10 de enero, con el fin de robar a Arroyos y a su novia de sus bienes.
“En algún momento después de que Cisneros le quitó las cadenas a la víctima “F.A.”, la víctima “F.A.” y los dos sospechosos intercambiaron disparos”, según el expediente judicial.
Una declaración jurada de 16 páginas también señaló que los detectives obtuvieron un video de seguridad que muestra parte de la confrontación.
“Cuando el uso de una pandilla comete crímenes organizados para el beneficio de una pandilla se pueden poner cargos federales”, dijo Moises Castillo, detective jubilado del LAPD.
El oficial Arroyos había estado con el departamento de policía por tres años. Era hijo de inmigrantes que se habían graduado de la Universidad de Berkeley.
El detective Castillo habló con la familia, que envió este mensaje..
“Ellos están muy tristes todavía, devastados por la pérdida de su hijo pero están agradecidos por la noticia de que va haber justicia”.