El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pidió el viernes a las facciones en pugna del cártel de Sinaloa que actúen "con responsabilidad" para que nadie más muera, después de una semana de violencia en aumento que casi paralizó la capital del estado de Sinaloa, Culiacán.
Cuando un periodista le preguntó si confiaba en que los cárteles atenderían su llamado, López Obrador respondió sin rodeos: "Al presidente de México siempre lo escuchan".
"¿Incluso los criminales?", presionó el periodista.
"Todos, más si uno tiene autoridad moral", respondió el presidente.
El intercambio del viernes durante la conferencia de prensa matutina del presidente es el último de una serie de casos en los que López Obrador ha restado importancia a los enfrentamientos entre facciones del cártel de Sinaloa.
El presidente, que deja el cargo el 30 de septiembre, se ha negado repetidamente a enfrentarse a los cárteles, exponiendo diversas justificaciones para su estrategia de “abrazos, no balazos” que ofrece oportunidades a los jóvenes para que no se unan a los cárteles.
Los últimos enfrentamientos en Culiacán son el último ejemplo de la violencia que sigue asolando a México, donde los cárteles emplean formas de guerra cada vez más sofisticadas, incluidas bombas en las carreteras o IED, trincheras, vehículos blindados de fabricación casera y drones que lanzan bombas.
Los cárteles “tienen que buscar otras formas, para no dañar a personas inocentes... y evitar más pérdidas de vidas”, dijo López Obrador el viernes.
“También deben cuidarse a sí mismos y a sus familias”. El aumento de la violencia se esperaba después de que Joaquín Guzmán López, hijo del exlíder del cártel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, aterrizara cerca de El Paso, Texas, el 25 de julio en un pequeño avión con Ismael "El Mayo" Zambada. Zambada era la figura mayor del cártel y su líder solitario.
Después de su arresto, dijo en una carta circulada por su abogado que había sido secuestrado por el joven Guzmán y llevado a los EEUU contra su voluntad.
Ahora parece haber una lucha por el poder entre los hijos restantes de El Chapo, conocidos localmente como "los Chapitos", y los leales a Zambada.
Hasta el jueves, las autoridades estatales habían informado de al menos 12 muertos, 11 personas con heridas de bala, 20 informes de personas desaparecidas y 31 casos de robos de automóviles.
El número real de muertes puede ser mayor, ya que los cárteles a menudo recogen a sus propios muertos.
Calles en Culiacán parecían vacías, ya que las escuelas y los negocios permanecieron cerrados el viernes y las festividades en torno a la Independencia de México del 15 y 16 de septiembre fueron canceladas oficialmente por el gobierno local.
