Una madre hondureña decidió alejar a su familia del peligro y la falta de oportunidades en su país, dejando atrás todo lo que conocía.
“Decidimos viajar a Tijuana pues con la ilusión y el sueño que todos decimos, el sueño americano”, cuenta Fanny Hernández Cáceres, quien viajó junto con sus pequeñas hijas. “Tres días de camino para llegar a la frontera de México con Guatemala”.
Llegaron a los límites con México, en donde quedaron varados a la espera de entrar a Estados Unidos. Como cientos de niños, sus hijas pasaron meses sin ir a la escuela.
“El trayecto de México sí fue duro, sí fue duro”, dice Hernández Cáceres. “Pero siempre nos aferramos en que como estábamos juntas”.
Sin embargo, al llegar a la frontera, un vehículo las ayudaría con el esfuerzo de cumplir su sueño.
ESPERANZA SOBRE RUEDAS
La organización Yes We Can World Foundation ofrece ayuda a las familias inmigrantes que se encuentran en la frontera con educación y recursos mientras esperan que su estatus migratorio cambie.
La solicitud del asilo migratorio en Estados Unidos puede ser un proceso largo, tedioso y complicado. Esto ocasiona que los migrantes y refugiados tengan que esperar en la frontera, con sus hijos y sin acceso a educación por ese lapso de tiempo, algo que puede afectarles a largo plazo.
Al ver este problema, Estefanía Rebellón tomó cartas en el asunto, ofreciendo la opción de escuelas móviles.
La sede de esas escuelas son buses de turismos que se han transformado para ofrecer a los niños un lugar de aprendizaje. Varios de estos camiones se dirigieron a lugares como Ciudad Juárez, Tijuana y Mexicali. Allí comenzaron a restaurar vidas.
“Ya las lágrimas que quizá lloraba de noche, se le convirtieron en alegría”, cuenta Hernández Cáceres sobre la experiencia de la escuela en la vida de sus hijas. “Para ella fue lo más bonito que le había pasado, porque no conocía lo que era sonreír. Le cambió la vida a las tres”.
Las instituciones educativas móviles de Yes We Can World Foundation ofrecen a los niños la oportunidad de olvidarse de todos los problemas que enfrentan en su tránsito migratorio. Es el primer programa educativo migratorio avalado por el gobierno de Baja California y la Secretaría de Educación Pública de México.
“Nuestras clases especialmente diseñadas para migrantes incluyen proceso migrante, el cual ayuda que comprendan que pasa en sus vidas, que es la migración, tener la seguridad de no sentirse mal por ser migrantes, reconocerlo como una fortaleza y de cargar este mensaje el resto de sus vidas”, destaca Rebelión, de Fundadora de Yes We Can World Foundation.
Su experiencia como migrante fue una de las razones para dar este paso.
“Debido a que mi familia es migrante, a que yo soy migrante, vi esta necesidad extrema de apoyar a los niños en la educación, precisamente”, recuerda Rebellón. “Porque, cuando yo llegué a Estados Unidos, el lugar que más me ayudó fue el sistema educativo”.
Este proyecto ha comenzado a llegar a los niños que lo necesitan. En el año 2020, más de 500 menores migrantes se habían inscrito.
“Esta es una idea innovadora, para un problema muy grande”, resalta Rebellon. “[Es un lugar para] ofrecerles a ellos un lugar donde puedan ser niños de nuevo, y disfrutar su niñez, y retomar ese lugar donde puedan ser felices”.