Los corazones de Diego y Dalia se acercaron hace cuatro años y continúan dando frutos a pesar de la discriminación que han tenido que enfrentar en la sociedad por ser transgénero.
En la búsqueda de un futuro mejor y con el deseo de huir del rechazo, ambos decidieron emigrar a Estados Unidos. Diego, un hombre transgénero, espera la llegada del segundo hijo de la pareja.
“Nunca me aceptaron como era yo”, cuenta Diego, recordando su vida antes de venir a este país. “La gente que me veían, ‘que eres mujer’. Me sentía muy mal”.
Su pareja, Dalia, es una mujer transgénero.
“No me sentía a gusto siendo niño”, cuenta Dalia. “[A] mi mamá, la veía y decía, ‘quiero ser igual que ella, así de bonita’”.
El Dr. Rodolfo Quintero, aunque no es el médico de la pareja, asegura que su embarazo no se diferencia de otros.
“Él [Diego] se expresa como un hombre, pero mantiene su aparato reproductivo femenino, por ese sentido”, destaca el galeno. “Él puede cargar un bebé”.
En el caso de Dalia, señala Quintero, “su mente, la identidad y la expresión es que es mujer, pero ella tiene el aparato reproductivo masculino”.
El primer fruto de su amor fue una niña.
“Veo sus ojitos y ¡ay me derrite!”, dice Dalia “Cuando me dijeron que ya había nacido, ¡ay no puedo creerlo!. Adentro se sienten muchas cositas”.
Durante ese primer embarazo, mientras vivían en México, el reproche acompañaba a las miradas que juzgaban el estado de Diego.
“Si hubo como burlas. Mucha discriminación de parte del departamento medico”, cuenta Dalia.
Es por ello que las rutas del machismo, que aún circulan por las calles de ese país, hicieron que el rumbo de esta familia se dirigiera hacia el norte.
Ambos viven en California, en donde esperan que su batalla ante el prejuicio termine.
“Si me vine de allá, es porque para mí fue difícil, y no quiero que sea difícil para mis hijos”, dice Dalia.
“A mí me gustaría estar aquí por mis hijos, porque yo quiero darles lo mejor”, afirma Diego.
UNA MALA PASADA DEL DESTINO
Ambos escaparon de México para evitar ser víctimas del acoso y la discriminación. Sin embargo, el destino les jugó una mala pasada en Estados Unidos, en donde enfrentaron de nuevo las redes del rechazo.
Diego fue a una consulta de cuidado prenatal en una clínica, en donde enfrentó las críticas de la doctora que lo atendió.
“Ahora que fui al ultrasonido, me dijo la doctora, ‘tienes que buscar a Dios, a lo mejor estás equivocado’”, cuenta Diego.
Ese comentario hizo que Diego y su pareja, buscaran otra clínica.
Hicimos la cita por teléfono”, cuenta Dalia. “Y a Diego le dijeron que cual era su aspecto, que como se veía, si como hombre o mujer”.
De acuerdo a la pareja, les dijeron que solo atendían mujeres y les cancelaron la cita. Sin embargo, comentan que decidieron ir para ver si los atendían con solo verlos llegar.
Dalia cuenta que no querían atender a Diego y que lo trataron mal. Aseguran que la empleada de la clínica les dijo que el médico no se especializaba en personas transgénero. Pero, ante su insistencia, el doctor aceptó verlo.
“Me trataron bien mal, el doctor”, cuenta Diego quien, después de esa experiencia, no deseaba visitar a otros médicos. “Pues, ya me da miedo ir a las clínicas. La verdad no sé qué vaya a pasar”.
El rechazo, del que aseguran fueron víctimas, encendió la llama de la indignación en la comunidad.
“Queremos que este consultorio médico realmente trate con dignidad a las personas de nuestra comunidad trans”, señala Karla Thalia Flores, de la organización Bienestar.
Telemundo 52 intentó comunicarse, en repetidas ocasiones con el doctor de esta clínica, para escuchar su versión de los hechos, pero nunca estuvo disponible.
“Es un vientre, es un bebé, algo normal, es una persona gestante”, señala Dalia
“No puede ser justo que nos estén tratando como si no valiéramos nada”, concluye la pareja.
LEYES DE CALIFORNIA EN CASOS MÉDICOS
Ambos aseguran que esa experiencia en una clínica de Los Ángeles fue un trago amargo para el embarazo de Diego. Sin embargo, esta pareja transgénero afirma que nada ni nadie empañara la llegada de su segundo hijo.
“Como yo me he sentido, la verdad, si es algo muy feo. No se lo deseo a nadie”, cuenta Diego.
“Entré y el doctor luego, luego me sentó [y] dijo, ‘no es que yo no puedo’. Pero él estaba parado, y me vio así, de los pies a la cabeza, y me sentí bien mal”.
De acuerdo a la Junta Médica de California, un médico tiene el derecho de determinar a quién acepta como paciente.
La ley, sin embargo, no le permite a un galeno discriminar en contra de un posible paciente en base a su raza, género, discapacidad, orientación sexual, estatus migratorio o estado civil.
Dalia y Diego han obtenido el apoyo de organizaciones como la Coalición Translatina, quienes abogan por los derechos de las personas transgénero.
“En un estado como el de California, en donde tenemos muchas protecciones y leyes que nos protegen, no es justo que este tipo de clínicas continúen discriminando y violando la ley”, destaca Bamby Salcedo, presidenta de la Coalición Translatina.
Aunque pareciera que el obstáculo de la discriminación continua protagonizando su historia, el destino parece que empieza a iluminar su camino. La pareja ha logrado encontrar otra clínica.
“Si tenemos esperanzas, porque nos han dicho que ahí se especializan en personas transgénero”, cuenta Dalia.
El caso de Diego y Dalia no es aislado ya que la comunidad transgénero continúa enfrentando una batalla cuesta arriba para que sus derechos sean respetados.
“Esta es una comunidad que está siendo atacada de varias formas, y lamentablemente una de las formas es la discriminación, ya sea por una combinación de ignorancia de parte de miembros de la comunidad y profesionales, y también maldad”, destaca Natan Pakman, de la Liga Anti Difamación en Los Ángeles.