Una mujer indígena es venerada en California como una heroína, una guerrera y artífice de una lucha contra el dominio español para intentar preservar la cultura y las creencias nativas de las tierras en las que se asienta actualmente el Valle de San Gabriel.
Su vida y proeza, sin embargo, no están inscritos en los libros de historia del estado.
PRESENCIA ESPAÑOLA EN EL VALLE DE SAN GABRIEL
La Misión de San Gabriel, la cuarta de 21 misiones de sacerdotes franciscanos españoles en California, fue fundada en 1771, en tierras habitadas durante siglos por nativos indígenas.
Sin embargo, el resentimiento de los pobladores originales ya había aumentado para 1785
“[Querían] meter sus formas a fuerza y debían dejar todo lo que ellos han creado”, destaca Kristy Sandoval, muralista y activista.
El yugo español había tomado los territorios e impuesto una transformación en las culturas nativas. Los crecientes atropellos de soldados eran insostenibles, relatan historiadores
“Violaban a las mujeres y a los niños y eso era lo que estaba pasando”, dice Andrew Salas, descendiente de la tribu Kizh, del Valle de San Gabriel.
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TOYPURINA, UNA REINA INDÍGENA
Los descendientes de esas tribus cuentan que, en ese entonces, al frente de una importante revuelta estuvo Toypurina (1760–1799), una mujer indígena de origen Tongva poco nombrada en los libros de historia pero de muchos poderes.
“Era una mujer guerrera que era nativa y curandera y peleó contra la misión de San Gabriel”, dice Sandoval.
Toyurina, de acuerdo con historiadores, era parte de la realeza de su tribu y era reconocida por hablar varios lenguajes de los grupos que bordeaban la misión San Gabriel
Tenía, además, conocimiento de la medicina y las plantas.
“Los españoles le temían y la tachaban de bruja”, dice Salas.
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UNA PELEA CONTRA EL RÉGIMEN ESPAÑOL
Otro líder indigena, Nicolás José, tomó en cuenta esas habilidades y la reclutó para convencer a seis de las ocho tribus cercanas que participaran en una rebelión contra los padres de la Misión San Gabriel.
“Peleo por lo que ella pensaba que estaba bien”, dice Sandoval.
Los rebeldes se enfrentaron a la autoridad. Sin embargo, los indígenas de la revuelta fracasaron en derrocar a los españoles en la misión San Gabriel ya que soldados armados custodiaban el área.
“Al llegar a las puertas [de la misión] fueron arrestados y sentenciados”, dice Salas.
Algunos nativos fueron castigados a latigazos. Otros, como Toypurina y Nicolas Jose, fueron llevados a juicio. Tras cumplir su condena, Toypurina fue enviada a la misión de San Carlos Borromeo, en Carmel, California.
También fue bautizada y convertida al catolicismo a la fuerza. Recibió, irónicamente, el nombre de Regina, que en latin significa Reina.
UN LEGADO QUE PERSISTE
Pero su legado no fracasó. Aunque no existe un retrato como tal, una inspiración de su rostro cubre coloridos murales en California para la admiración de todos los que hoy ocupan su tierra
“Lo tenemos que seguir poniendo afuera para inspirar a muchas más mujeres”, dice Sandoval.
Actualmente, esta mujer guerrera es venerada por californianos como un símbolo de resistencia de los pobladores de esa época conocidos como los Gabrielinos. Su leyenda ha traspasado generaciones convirtiéndose es una inspiración para las mujeres de estas tierras.
“Tenemos que pelear a reconocer y conectarnos con nuestras historias y con las mujeres que son parte de nuestras historias”, dice Sandoval.