Un hombre del condado de Riverside fue sentenciado el viernes a siete años de prisión por abusar de niños adoptivos que habían sido previamente torturados y encarcelados por sus padres biológicos, David y Louise Turpin.
Marcelino Olguin de Perris tendrá que registrarse como delincuente sexual por el resto de su vida después de cumplir su sentencia de siete años.
El hombre de 65 años se declaró culpable en septiembre de múltiples cargos de actos lascivos contra un niño, así como de encarcelamiento falso.
Su esposa, Rosa, y su hija, Lennys, se declararon culpables de crueldad infantil.
Rosa Olguin fue sentenciada a 120 días en la cárcel del condado que cumplirá en un programa de liberación laboral y cuatro años de libertad condicional formal.
Lennys Olguin fue sentenciado a 150 días en la cárcel del condado que cumplirá en un programa de liberación laboral y cuatro años de libertad condicional formal.
“La sentencia de hoy marca un paso significativo en la entrega de justicia a las víctimas que sufrieron abusos inimaginables”, dijo el fiscal de distrito del condado de Riverside, Mike Hestrin, en un comunicado. “Estos niños fueron colocados en una posición de vulnerabilidad después de sobrevivir a un trauma intenso, solo para ser explotados aún más por alguien a quien se le confió su cuidado”.
La familia Olguin fue asignada para cuidar a los hijos de David y Louise Turpin, quienes fueron sentenciados a cadena perpetua por abusar de sus 13 hijos biológicos durante años. La tortura incluyó privar de comida, golpear, encarcelar y encadenar a algunos de los niños.
Los niños fueron rescatados en 2018 después de que uno de ellos llamara a las autoridades para pedir ayuda. Los niños de Turpin tenían entre 2 y 29 años en el momento del rescate.
Seis de los niños de Turpin también presentaron una demanda contra el condado de Riverside y una agencia privada de cuidado temporal llamada ChildNet después de que sus hermanos fueran rescatados de las casas de los Olguin.
Las demandas alegaban que la agencia de cuidado temporal sabía que la familia no era apta para ser padres de acogida debido a "un historial previo de abuso y negligencia hacia los niños que habían sido puestos bajo su cuidado" y no actuó una vez que fueron alertados de las acusaciones de abuso.
