Escondida entre las montañas de Santa Mónica, en Malibú, existe una obra arquitectónica única en el mundo, cuyo autor decidió inspirarse en el diseño aerodinámico.
La "casa avión" de Francie Rehwald tiene como techo las alas de un Jet Boeing 747 y que sorprende a quienes la miran por primera vez.
La vivienda es obra del arquitecto David Hertz.
“Quería crear una visión del edificio como un algo que flotaba”, dice el arquitecto. “Primeramente un techo sin paredes”.
Para ello, decidió que las alas serían ideales. Aunque consiguió un avión chatarra con facilidad, transportar las alas fue algo bastante difícil. Para ello, las cortaron por la mitad y utilizaron un helicóptero Chinook para moverlas.
El lugar es una casa “verde” reciclada, que muestra cómo es posible utilizar los restos de un avión chatarra y combinar la imaginación de un arquitecto con la visión de una soñadora para crear una obra de arte.
El posicionamiento de las alas proporciona una impecable vista de las montañas e incluso las ventanillas de una sección del fuselaje sirvieron como adorno para la cocina. Para su dueña es un vivienda que ella disfruta día con día.
Local
“Cada lugar en este hogar es mi favorito y cada día es un placer”, dice Rehwald, quien señala que vivir en ella, respirando la belleza y la tranquilidad de la naturaleza “no tiene precio”.