CIUDAD DE MÉXICO - El presidente Andrés Manuel López Obrador abrió este viernes la puerta a incluir al narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo, quien lleva tres décadas encarcelado, en su decreto para liberar a presos con enfermedades y de edades avanzadas.
"Si se justifica, sí, desde luego que sí porque él por edad y por enfermedad podría salir. Pero hay que ver cómo se termina el decreto", expresó el mandatario a pregunta expresa de una periodista durante su rueda de prensa matutina en el Palacio Nacional.
Félix Gallardo, de 75 años y conocido como "El Jefe de Jefes", dio una entrevista desde la cárcel a la cadena estadounidense Telemundo en la que calificó a López Obrador como "un hombre de buena voluntad que está combatiendo la desigualdad social".
"Le agradezco mucho sus buenos deseos y también quiero que él comprenda mi situación", respondió el presidente.
López Obrador dijo que no quiere que "nadie esté en la cárcel" porque es "humanista", pero a la vez tiene que "hacer que se cumplan las leyes".
"En su caso, si se termina de revisar este asunto, que corresponde a la Fiscalía, de que no tiene ya ningún pendiente porque ya cumplió con estar algún tiempo en la cárcel y si ya tiene derecho a salir, no me opongo", relató.
Félix Gallardo, fundador del Cártel de Guadalajara, fue condenado en 2017 a 37 años de prisión por el asesinato en 1985 del agente Enrique Camarena, de la agencia estadounidense antidrogas (DEA), aunque llevaba en prisión preventiva desde 1989.
En la entrevista, la primera que concede en 32 años encarcelado, Félix Gallardo apareció con la salud visiblemente deteriorada, sentado en una silla de ruedas, "completamente" ciego de un ojo y sordo de un oído, y apoyado en algunos momentos por una bombona de oxígeno.
Félix Gallardo podría beneficiarse del decreto que prepara el presidente para antes del 15 de septiembre para liberar a presos que llevan 10 años sin sentencia, personas torturadas, mayores de 75 años y a mayores de 65 años con enfermedades degenerativas.
López Obrador, quien bautizó como "Abrazos no balazos" su estrategia de combate a las causas sociales de la violencia y el crimen organizado, ha sido criticado por su ambigüedad hacia el narcotráfico y desató polémica el año pasado por saludar durante una gira a María Consuelo Loera, madre de Joaquín "El Chapo" Guzmán.