Las autoridades sanitarias mantienen una especial atención sobre el penal de Cuautitlán y otro en Yucatán donde se han registrado brotes.
MÉXICO - Las familias desesperadas trataban de romper la valla de policías para acercarse lo más posible a la cárcel localizada en el Estado de México.
Entre los golpes y empujones, exigían que les dieran informes de sus reos, porque solo sabían que varios de ellos habían sido trasladados a otra prisión bajo la sospecha de que tenían COVID-19.
Ni las autoridades penitenciarias del Estado de México confirmaron que cuatro internos y un guardia dieron positivo a las pruebas y 19 más están en calidad de sospechosos, por eso fueron reubicados en otras instalaciones, para que no contagien a los demás.
"Este es un centro penitenciario con capacidad para 351 personas y hoy hay 1,537", dice Manuel Palma Rangel, subdirector de Control Penitenciario del Estado de México.
Por la misma causa, diversas organizaciones sociales expresaron su preocupación, porque ante la emergencia sanitaria, los centros de reclusión del país representan un peligro para más de 200,000 presos.
Los activistas revelaron que en seis de cada 10 cárceles como esa en el Estado de México, no hay condiciones de higiene, ni para guardar la sana distancia entre los reos.
María Sirvent forma parte de una de las organizaciones que están alertando sobre este riesgo e indica que para nadie es un secreto que las condiciones de hacinamiento e insalubridad que hay en las prisiones harían que una vez que aparezca un caso el contagio sea masivo.
"En México hay 300 prisiones, de estas en 106 prácticamente hay sobrepoblación", afirma Sirvent, de la ONG Documenta.
Ante el peligro, en diversas entidades se han cancelado temporalmente las visitas y los juicios, y hasta el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha enfatizado su interés en que se apruebe lo antes posible la ley con la que se liberaría anticipadamente a miles de reos.
"Porque va a beneficiar a adultos mayores y a otros", dice López Obrador.
En tanto, las autoridades sanitarias mantienen una especial atención sobre el penal de Cuautitlán y otro en Yucatán donde se han registrado brotes, pues dicen que aunque se lograron encapsular aún no pueden asegurar que están controlados.
