CIUDAD DE GAZA, Franja de Gaza — Israel bombardeó lo que describió como objetivos milicianos en Gaza, que derribaron un edificio de seis plantas, mientras milicianos lanzaron docenas de cohetes a Israel el martes.
Los palestinos de toda la región hicieron una huelga general en medio de una guerra que entraba en su segunda semana sin visos de remitir.
Los ataques derribaron un edificio que contenía bibliotecas y centros educativos de la Universidad Islámica.
Vista desde un tejado, la escena era de un enorme valle de hierros y losas de concreto. Escritorios, oficinas, libros y cables informáticos asomaban entre los escombros. Residentes buscaban sus pertenencias entre los restos.
LOS ATAQUES DERRIBARON UN EDIFICIO CON BIBLIOTECAS DE LA UNIVERSIDAD ISLÁMICA
No había datos de víctimas de los ataques nocturnos en un primer momento.
Los intensos combates comenzaron el 10 de mayo cuando Hamas, que gobierna Gaza, lanzó misiles de largo alcance hacia Jerusalén en apoyo de las protestas palestinas en la ciudad contra las agresivas tácticas de la policía israelí en el complejo de la Mezquita de Al-Aqsa, un foco de tensiones en un lugar venerado por judíos y musulmanes, así como por la amenaza de desahucio sobre docenas de familias palestinas a instancias de colonos judíos.
Mundo
Palestinos en Israel, Jerusalén y la ocupada Cisjordania celebraron una huelga general el martes en protesta por lo que muchos activistas y grupos de derechos humanos consideran un sistema de apartheid del que la guerra en Gaza es sólo otra cara.
Israel rechaza con rotundidad esas afirmaciones y acusa a Hamas de incitar a la violencia en toda la región.
La huelga fue convocada por líderes de la población palestina en Israel, que supone hasta el 20% de la población del país, y adoptada por la Autoridad Palestina, una institución con respaldo internacional, en la ocupada Cisjordania, donde cerraron escuelas y ministerios.
La mayoría de los negocios parecía haberse unido a la huelga, y se esperaban protestas.
Israel registró la semana pasada un brote de violencia étnica en el que grupos de ciudadanos judíos y palestinos pelearon en las calles y quemaron vehículos y edificios.
En Cisjordania, los manifestantes palestinos han chocado con tropas israelíes y con la Policía de Fronteras, un cuerpo paramilitar.
El Ejército israelí dijo el martes que había empleado más de 100 municiones contra 65 objetivos milicianos como lanzacohetes, un grupo de combatientes y las viviendas de comandantes de Hamas, que según el Ejército se empleaban con fines militares.
Más de 60 aviones de combate participaron en la operación.
Los milicianos palestinos lanzaron 90 cohetes, 20 de los cuales se quedaron cortos y cayeron en Gaza, según el Ejército israelí.
Las defensas antimisiles israelíes tienen una tasa de intercepción del 90%, añadió.
El Ejército también dijo haber derribado un dron “que se acercaba a la frontera israelí” en el nordeste, lejos de los combates en Gaza.
No especificó de dónde procedía el dron, y no fue posible contactar con el Ejército en un primer momento para pedir comentarios. Es posible que el dron hubiera despegado desde Siria.
Al menos 212 palestinos han muerto en los fuertes bombardeos, incluidos 61 niños y 36 mujeres, con más de 1,400 heridos, según el Ministerio gazatí de Salud.
Diez personas en Israel, incluidos un niño de 5 años y un soldado, han muerto por los ataques con cohetes lanzados desde zonas civiles en Gaza y hacia zonas civiles en Israel.
Israel dijo haber infligido fuertes daños a la infraestructura militar de Hamas, incluida la amplia red de túneles apodada como el “metro” por las autoridades israelíes.
Los ataques han derribado varios edificios y causado daños generalizados en el estrecho territorio costero, donde viven más de 2 millones de palestinos y que lleva bajo un bloqueo de Egipto e Israel desde que Hamas arrebató el control de Gaza a fuerzas palestinas rivales.
Los ataques israelíes han dañado al menos 18 hospitales y clínicas y destruido por completo un centro médico, según un nuevo reporte de la Organización Mundial de la Salud. Casi la mitad de los fármacos esenciales en el territorio se han acabado.
El bombardeo de carreteras importantes, como las que llevan al principal Hospital de Shifa, han complicado los desplazamientos de ambulancias y vehículos de suministro.
Unos 41,000 palestinos desplazados han buscado cobijo en escuelas de Naciones Unidas en Gaza, que ya sufría por un brote de coronavirus.
Israel ha prometido seguir adelante con sus operaciones, y Estados Unidos indicó que no presionaría a ambas partes para conseguir un cese el fuego, aunque el presidente, Joe Biden, dijo que era partidario de uno.
“Seguiremos operando mientras sea necesario para devolver la calma y la seguridad a todos los ciudadanos israelíes”, dijo el lunesel primer ministro Benjamin Netanyahu, tras reunirse con mandos de seguridad.
El martes se esperaban protestas en toda la región como parte de la huelga general, que contaba con el apoyo del partido Fatá del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás.