SANTIAGO DE CHILE, Chile - El diputado izquierdista Gabriel Boric sabe los que es ocupar cargos directivos desde los 6 años, y a los 35 años suma uno más: presidente electo de Chile.
En medio de una multitud de simpatizantes en el centro de Santiago, Boric saltó sobre una barricada de metal para llegar al escenario donde inició en lengua indígena mapuche un conmovedor discurso de victoria ante miles de personas, en su mayoría jóvenes.
“Somos una generación que surgió en la vida pública exigiendo que nuestros derechos sean respetados como derechos y no tratados como bienes de consumo o un negocio”, dijo Boric. “Sabemos que sigue habiendo justicia para los ricos y justicia para los pobres, y ya no permitiremos que los pobres sigan pagando el precio de la desigualdad de Chile”.
Contabilizados el 99.76% de los votos, acumulaba un 55.9%, frente al 44.1 de su rival, el ultraderechista José Antonio Kast.
Ha avanzado a grandes pasos por la vida: a los seis años fue presidente del primer grado, luego del tercero, en la universidad lideró a los alumnos de la facultad de derecho, en 2012 encabezó la entonces poderosa Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y en 2014 inició el primero de dos períodos como diputado. Ahora conquistó el sillón presidencial.
QUIÉN ES GABRIEL BORIC, EL NUEVO PRESIDENTE DE CHILE
Por años fue conocido por su pelo largo y una frondosa barba y en 2017 sorprendió a algunos cuando se rapó ambos lados de la cabeza y dejó una franja al estilo mohicano. En julio, para las primarias presidenciales de su sector, en las que se impuso ampliamente al candidato comunista Daniel Jadue, se cortó el cabello, se arregló la barba, cambió su vestir informal por uno más cercano a lo tradicional, aunque muy juvenil, y empezó a mostrarse con un par de elegantes anteojos.
Ahora está lejos del Boric que juró por primera vez como diputado en 2014, cuando se presentó sin corbata y luciendo una chaqueta de gabardina. Ante las quejas de un parlamentario conservador, respondió que “es un mecanismo de la élite para alejarse y diferenciarse del bajo pueblo”. Añadió que “me importa bien poco cómo me juzguen por mi pinta”. Vistió más formal al inicio de su segundo período, en 2018.
El domingo, al ser felicitado por el mandatario saliente Sebastián Piñera en una videollamada, lucía una camisa clara, una chaqueta oscura y estaba sin corbata.
Se postuló a la presidencia por Apruebo Dignidad, un pacto entre el izquierdista Frente Amplio, (FA), y el Partido Comunista, y derrotó a Kast, un férreo defensor de la dictadura.
LAS PROMESAS ELECTORALES DE GABRIEL BORIC
El exlíder estudiantil de izquierda se verá rápidamente presionado por sus jóvenes partidarios para que cumpla sus promesas de rehacer Chile después de que el político millennial consiguiera una victoria histórica en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del país.
Boric pasó meses recorriendo Chile con la promesa de llevar una forma de gobierno inclusivo liderada por jóvenes para atacar la pobreza persistente y la desigualdad que, según él, son la parte más vulnerable e inaceptable de un modelo de libre mercado impuesto hace décadas por la dictadura de general Augusto Pinochet.
En su discurso, el presidente electo barbudo y con gafas destacó las posiciones progresistas que lanzaron su improbable campaña, incluida la promesa de luchar contra el cambio climático bloqueando un proyecto minero propuesto en la nación productora de cobre más grande del mundo.
También pidió el fin del sistema privado de pensiones de Chile, sello distintivo del modelo económico neoliberal impuesto por Pinochet.
LA VIDA DE GABRIEL BORIC
Hijo de un descendiente croata y una madre de ascendencia española, Boric nació en Punta Arenas, y en la Cámara de Diputados representó a la región de Magallanes a la que pertenecen Punta Arenas, y a la Antártida, lo que influye en la importancia que su programa da a la descentralización de Chile.
Concluida la educación media, viajó a la capital chilena para estudiar derecho y ya en la universidad demandaba educación gratuita y de calidad, lo que en momentos mantuvo por las cuerdas al primer gobierno del presidente centroderechista Sebastián Piñera, al que sucederá. Egresó en 2012, aunque no se tituló.
En política, como todos, ha experimentado críticas y rechazos. En noviembre de 2019, experimentó duras críticas del Frente Amplio y el Partido Comunista —la coalición que lo abanderó a la presidencia-- porque firmó individualmente un acuerdo constitucional transversal que dio lugar a la convocatoria a un plebiscito que llevó en 2021 a la instalación de una Convención Constitucional que redacta un proyecto de Carta Magna para reemplazar a la impuesta por la dictadura de Augusto Pinochet, que debe ser refrendada en un plebiscito en 2022.
Su alianza propone alzas tributarias para mejorar la educación y la salud, mejorar el salario mínimo, crear 500,000 empleos femeninos, una pensión universal para los adultos mayores, la defensa de los derechos de la comunidad LGBTQ+ y de las minorías étnicas y terminar con las privadas Administradoras de Fondos de Pensiones, criticadas transversalmente por las bajas pensiones que entrega.
Durante toda la campaña electoral, su adversario Kast criticó a Boric en múltiples ocasiones por su reunión en Francia en 2018 con Ricardo Palma Salamanca, un militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que combatió por las armas a la dictadura militar y en 1996 huyó de una cárcel chilena, donde cumplía una condena por el asesinato en 1991 del senador conservador Jaime Guzmán. Kast también reflotó un vIdeo que muestra a Boric recibiendo sonriente una polera que muestra el rostro de Guzmán con un balazo en la frente.
“Cuando me equivoco soy capaz de reflexionar de mis errores y pedir perdón”, ha dicho el candidato izquierdista.