QUITO, Ecuador - La policía ecuatoriana informó el viernes que encontró ocho cuerpos calcinados y con signos de tortura en una zona minera del sur del país en lo que describió como un presunto ajuste de cuentas entre bandas criminales.
El coronel de policía Carlos Rivadeneira dijo en rueda de prensa que en la zona del hallazgo “existen grupos delincuenciales que quieren activar sus finanzas criminales a través del control... sobre todo de minería ilegal”. No precisó una fecha probable de los asesinatos.
Aseveró que tras recibir una alerta de gente de la zona los uniformados avanzaron la tarde del jueves a un sector rural de la población Camilo Ponce Enríquez —217 millas al suroeste de la capital— donde se produjo el hallazgo de las víctimas junto a casquillos de pistola y fusil. Los fallecidos no han sido identificados.
Añadió que en el sitio trabajan unidades tácticas levantando información e indicios para dar con los responsables de las muertes.
La gobernación de la provincia de Azuay, donde está el asentamiento minero, indicó en un comunicado que “ante los execrables hechos" se ha dispuesto la inmediata movilización de más efectivos de la policía y las Fuerzas Armadas como parte de "medidas enérgicas para restaurar el orden y la seguridad" en la región.
Ecuador registra desde inicios de 2021 una espiral de violencia entre bandas criminales, con nexos con cárteles de Colombia y México, que se disputan las rutas, exportación y zonas de distribución de drogas, así como la explotación ilegal de oro en diversos sectores del país.
Hacia mediados de abril en esa zona minera fueron asesinados dos alcaldes en 48 horas, José Sánchez de la ciudad de Camilo Ponce Enríquez y Jorge Maldonado de la población de Portovelo. Las causas de estas muertes aún no han sido determinadas por las autoridades.
The Associated Press consultó con la Fiscalía acerca del nuevo caso, pero no obtuvo una respuesta de inmediato.