CHINANDEGA, Nicaragua - Bastó una "pequeña explosión" de magnitud moderada para dejar evidencia de la capacidad del volcán San Cristóbal, el más alto de Nicaragua, que en la víspera bañó de cenizas a las comunidades aledañas, donde amanecieron el jueves con un fuerte olor a azufre.
Las familias más afectadas fueron las de la comunidad La Grecia, situada a 7 kilómetros (4 millas) del casco urbano de la ciudad de Chinandega, en el noroeste, que amanecieron con dificultades para realizar su tareas rutinarias, debido al mal ambiente generado por la explosión, que fue seguido de emanación de gases y cenizas.
La actividad del San Cristóbal, con una altura de 1,745 metros sobre el nivel del mar y situado en el "cordón de fuego" del Pacífico, comenzó la tarde del miércoles cuando realizó una "pequeña erupción de magnitud moderada de gases y cenizas", según el informe oficial del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred).
Samuel Núñez, que fue socorrista del deslizamiento del volcán Casita, de 1,405 metros de altura, donde más de 2,000 personas fallecieron en 1998 tras el paso del huracán Mitch, dijo hoy sentirse temeroso de esas explosiones, pero está dispuesto a socorrer, nuevamente, si otro desastre ocurre.
ARENA QUE CAÍA COMO GRANIZO
El miércoles, durante la erupción del San Cristóbal que "se vino de repente", la arenilla "caía como granizo en las casas", aseguró Samuel, que instó a las autoridades a realizar una jornada médica para descartar enfermedades.
Una sola explosión hizo caer una lluvia de arena y ceniza, que por momentos hizo difícil la visibilidad en la zona, y obligó a los vecinos a limpiarse los ojos, según los afectados.
Las plantas en los patios y en las fincas estaban cubiertas de una capa oscura y en las calles hay temor de contraer una enfermedad respiratoria.
Aunque la erupción fue el miércoles, las cenizas y arena se lanzaron con una fuerza tal que aún persiste en el ambiente y a lo lejos parece neblina en las calles.
Los vehículos se tornaron grisáceos debido a la delgada capa de ceniza que cubría la carrocería, según constató EFE.
La actividad eruptiva del volcán amenazó con dañar los pequeños cultivos en los patios de las viviendas, según los lugareños.
"La gente está temerosa porque es el volcán más grande que tenemos, y algunos plantíos se están 'quemando' las hojas", dijo Sergio Picado, otro de los vecinos.
SE TEMEN ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
Sin embargo, el ánimo en las comunidades aledañas al volcán es de serenidad y tranquilidad, aunque con la única preocupación de que se desate algún brote de enfermedades respiratorias.
Y mientras Sergio reparaba la llanta de su motocicleta y la espesa nube invadía la zona, insistía en llamar a las autoridades a evitar posibles enfermedades en la zona, debido a la "pequeña erupción".
Hasta el momento, las autoridades no han reportado daños materiales ni afectaciones a la población debido a la expulsión de cenizas.
El gobierno de Nicaragua ha recomendado a los residentes de las zonas cercanas tomar precauciones, como evitar la exposición directa a la ceniza volcánica y seguir las indicaciones de las autoridades locales.
Tras la explosión, el volcán regresó a una calma relativa, pero los lugareños son conscientes que el San Cristóbal forma parte de la cadena volcánica de ese país y del "cinturón de fuego", como se conoce a la zona geológica más activa de la Tierra, por lo que no pueden bajar la guardia.