LONDRES, Inglaterra - El Palacio de Buckingham dijo este martes que la familia real británica se encuentra “triste” luego de las polémicas revelaciones del príncipe Harry y Meghan Markle sobre su vida en la familia real.
“La familia entera está triste tras enterarse lo difícil que han sido los últimos años para Harry y Meghan”, dijo la Casa Real por medio de un comunicado.
Markle reveló en la entrevista con Oprah Winfrey que hubo comentarios incómodos en la familia real sobre cuál sería el color de piel de su hijo Archie antes de que éste naciera, y de que en algún momento ella tuvo pensamientos suicidas por lo infeliz e aislada que se sentía.
Harry dijo que los problemas afectaron su relación con su padre, el príncipe Charles, y su hermano, el príncipe William, arrojando luz a la profundidad de las divisiones familiares que llevaron a la pareja a retirarse de sus deberes reales y mudarse a California en el 2020.
“Los asuntos presentados, particularmente el tema del racismo, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, serán tomados en serio y discutidos por la familia de forma privada”, agregó el comunicado del Palacio de Buckingham.
Y cerró: “Harry, Meghan y Archie siempre serán amados miembros de la familia”.
El primer ministro británico Boris Johnson se negó a hacer declaraciones sobre la entrevista. Elogió a la reina, pero dijo que “cuando se trata de asuntos relacionados con la familia real, lo correcto para un primer ministro es no decir nada”.
Las alegaciones son especialmente perjudiciales porque muchos observadores esperaban que Harry y Meghan, quien es birracial, ayudarían a la monarquía tradicional a identificarse con una nación cada vez más multicultural. En los primeros días de su matrimonio, Harry y Meghan se unieron a William y su esposa Kate y proyectaron una imagen glamorosa y llena de energía de los miembros jóvenes de la realeza.
La sociedad se rompió cuando Harry y Meghan se fueron del país, argumentando que querían alcanzar la independencia financiera y escapar de lo que calificaron como una cobertura invasiva y racista de la prensa británica.
Pero la entrevista llevó esas críticas al palacio mismo, al señalar la pareja de racismo a un miembro no identificado de la familia real.
Meghan dijo que cuando estaba embarazada de su hijo Archie, Harry le dijo que en la familia real hubo “preocupaciones y conversaciones sobre qué tan oscura sería su piel al momento de nacer”.
Harry confirmó la conversación, y dijo: “Me quedé un poco conmocionado”. Se abstuvo de revelar quién hizo el comentario, aunque Winfrey dijo que él le dijo que no habían sido ni la reina Isabel II ni el príncipe Phillip, sus abuelos.
Meghan, de 39 años, admitió que fue ingenua al inicio de su relación con Harry y que no estaba preparada para las restricciones de la vida real. La duquesa, una actriz exitosa antes de casarse, dijo que se sintió frenada por la naturaleza controladora de la realeza y se retorció ante la idea de tener que vivir bajo términos establecidos por el personal del palacio. Esto fue agravado por el hecho de que el personal se negó a ayudarla cuando enfrentó ataques racistas de la prensa y de trolls en internet, señaló.
La situación se tornó tan difícil que “simplemente ya no quería vivir”, dijo Meghan a Winfrey.
Dijo que buscó ayuda a través del departamento de recursos humanos del palacio, pero que le dijeron que no podían hacer nada por ella porque no era una empleada.