LONDRES — La bandera real se ha izado sobre el Palacio de Buckingham, lo que sugería que la Reina Isabel II aparecería durante el último día de festividades que marcan sus 70 años en el trono. Y así ocurrió.
La monarca apareció este domingo junto al Príncipe Carlos, heredero de la corona, el Príncipe George, el Príncipe William y la Princesa Carlota de Cambridge, en una clara muestra de la continuidad de la línea sucesoria.
Conocido como el Estandarte Real, la bandera solo ondea sobre uno de los palacios cuando la reina está en residencia.
La reina de 96 años solo había aparecido en público dos veces durante los cuatro días del Jubileo de Platino, lo que empañó las festividades para algunos fanáticos que esperaban ver a la monarca. Elizabeth ha reducido su horario en los últimos meses debido a problemas para moverse.
La última vez que se izó el estandarte en el Palacio de Buckingham fue el jueves, antes de que Isabel se parara en el balcón y saludara a los seguidores que seguían el Desfile del Cumpleaños de la Reina. Más tarde, ese mismo día, participó en una ceremonia nacional de iluminación de faros en el Castillo de Windsor, la residencia real a 20 millas al oeste de Londres, donde ha pasado gran parte de los últimos dos años.
Un desfile militar por la avenida de The Mall y ante el palacio de Buckingham, en Londres, empezó este domingo, en el último día del Jubileo de Platino, las celebraciones oficiales por los 70 años del reinado de Isabel II de Inglaterra.
Los músicos de los distintos regimientos de las fuerzas armadas, con tambores, gaitas escocesas y trompetas, se han unido a este colorido desfile, en el que destaca también la Guardia Real, con sus uniformes rojos, que portan las banderas de los países que forman la Commonwealth, la Mancomunidad Británica de Naciones, integrada por las antiguas colonias.
Al arrancar la marcha, se vio por primera vez en veinte años la ostentosa carroza de Estado, que se utilizó para llevar a Isabel II a la Abadía de Westminster cuando fue coronada en junio de 1953.
Los militares desfilen en una avenida engalanada con banderas británicas, delante del palco oficial, donde está la familia real e invitados especiales, y ante una multitud congregada en el lugar.
En el palco está el príncipe Carlos, heredero de la corona británica, en representación de su madre, así como los duques de Cambridge con sus tres hijos.
La reina Isabel II permanece en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres, ya que tiene problemas de movilidad.
A este desfile se sumarán también miles de voluntarios que representarán, con diversos disfraces, los momentos más importantes de las siete décadas del reinado de Isabel II.
Al mismo tiempo, en muchos barrios del país, los vecinos han organizado fiestas callejeras para culminar estos festejos.
La reina Isabel II estuvo alegre en el balcón del Palacio de Buckingham el jueves, cuando recibió ovaciones de decenas de miles de personas que la acompañaron al iniciar cuatro días de celebraciones por sus 70 años en el trono.
Sus admiradores llevaban banderas británicas, sombreros de fiesta y tiaras de fantasía.
Algunos acamparon durante la noche con la esperanza de ver a la monarca de 96 años, cuyas apariciones son cada vez más esporádicas, así como el desfile del estandarte, conocido en inglés como Trooping the Color, una ceremonia militar que celebra el cumpleaños oficial de cada soberano británico desde 1760.
Fue una explosión de alegría de una enorme multitud, una de las primeras grandes congregaciones desde que comenzó la pandemia de COVID-19.
LA REINA ISABEL II TIENE 96 AÑOS Y ES LA MONARCA CON MÁS AÑOS EN EL TRONO
“Todos tienen la misma misión”, dijo Hillary Mathews, de 70 años, quien viajó desde Hertfordshire, a las afueras de Londres. “Todos los horrores que han pasado en el mundo y en Inglaterra en este momento, se quedan atrás de nosotros por un día, y simplemente podemos celebrar de verdad a la reina”.
Isabel, quien se convirtió en reina a los 25 años, es la monarca con el reinado en servicio más largo y la primera en llegar al hito de siete décadas en el trono.
Pero, tras una vida de buena salud, la edad empieza a cobrarle la factura. El Palacio de Buckingham anunció la noche del jueves que la reina no asistiría a la misa de acción de gracias del viernes tras experimentar “cierta molestia” en los eventos del jueves.
El palacio dijo que con “mucha renuencia” la monarca decidió ausentarse de la misa en la Catedral de San Pablo.
La reina ha tenido problemas de movilidad en los últimos meses, y se ha abstenido de asistir a muchos eventos públicos.
El palacio dijo que Isabel todavía participará en el encendido de una cadena de lámparas ceremoniales en el Castillo de Windsor la noche del jueves como estaba planeado.
Se tenía previsto que las celebraciones del Jubileo continuarán durante el largo fin de semana, se desconocía si el anuncio del jueves afectaba los eventos previstos para el sábado y el domingo.
El palacio dijo que “la reina disfrutó enormemente” los eventos del jueves, y eso se pudo ver.
La reina sonrió y conversó con su bisnieto, el príncipe Louis, de 4 años, quien ocasionalmente se cubrió los oídos mientras 70 aviones de combate antiguos y modernos sobrevolaban el palacio para saludar a su abuela. La exhibición de seis minutos incluyó una formación de los jets de combate Typhoon para dibujar un número 70 en el cielo.
La reina, con un vestido azul grisáceo claro diseñado por Angela Kelly, estuvo acompañada en el balcón por más de una decena de miembros de la realeza, aunque no estuvieron el príncipe Harry y su esposa Meghan, quienes renunciaron a sus deberes reales hace dos años.
La pareja viajó a Londres desde su residencia en California con sus dos hijos pequeños para participar de manera discreta en las celebraciones, y vio el desfile del jueves con otros miembros de la familia.
No aparecieron en el balcón, pues la monarca decidió que sólo los miembros en servicio de la familia real deberían tener ese honor. La decisión también excluyó al príncipe Andrew, quien renunció a sus deberes reales en medio de la polémica por su vínculo con el fallecido criminal sexual convicto Jeffrey Epstei
Andrew también se perderá una misa de acción de gracias del viernes pues dio positivo a COVID-19.
El jubileo será conmemorado con cuatro días de celebraciones y eventos que incluyen un concierto en el Palacio de Buckingham el sábado, y un espectáculo de miles de artistas de escuelas y grupos comunitarios del país el domingo.
También habrá miles de fiestas callejeras en todo el país, repitiendo una tradición que comenzó con la coronación de la reina en 1953.
Pero no todos están celebrando en Gran Bretaña. Muchos aprovecharon el fin de semana largo para irse de vacaciones. Asimismo, 12 manifestantes fueron arrestados el jueves tras sobrepasar barreras dentro de la ruta del desfile. El grupo Animal Rebellion se adjudicó la protesta, que dijo que era para “exigir que la tierra real sea reclamada”.
El jubileo le ha dado a mucha gente, incluso a aquellos que suelen ser indiferentes a la monarquía, una oportunidad para reflexionar sobre el estado de la nación y los enormes cambios que han ocurrido durante el reinado de Isabel.
El ex primer ministro John Major, uno de los 14 primeros ministros en función durante el reinado de Isabel, dijo que la estoica presencia de la monarca ha ayudado a dirigir el país durante décadas.
“La reina ha representado nuestra mejor versión durante 70 años”, dijo a la BBC.
En un mensaje escrito con motivo del Jubileo, la reina dio las gracias a los británicos y ciudadanos de la Mancomunidad de Naciones que participaron en la organización de las celebraciones. Para muchos, la ocasión es la primera oportunidad de un gran festejo desde que comenzó la pandemia.
“Sé que se crearán muchos recuerdos felices en estas ocasiones festivas”, dijo Isabel. “Me sigue inspirando la buena voluntad que se me ofrece, y confío en que los próximos días darán una oportunidad para reflexionar sobre todo lo conseguido durante los últimos 70 años, mientras miramos al futuro con confianza y entusiasmo”.
Isabel fue felicitada por líderes mundiales, incluyendo el papa Francisco y el presidente de Estados Unidos Joe Biden. El presidente francés Emmanuel Macron, describió a Isabel como “el hilo de oro que une a nuestros dos países”, y el expresidente Barack Obama recordó la “gracia y la generosidad” de la reina durante su primera visita al palacio.
“Su vida ha sido un regalo, no sólo para el Reino Unido, sino para el mundo”, dijo Obama en un mensaje por video, y agregó: “Que la luz de su corona siga reinando suprema”.
Las ovaciones se escucharon igual que los cascos sobre el asfalto el jueves, cuando carruajes llevados por caballos condujeron a miembros de la familia real incluyendo a la esposa del príncipe William, Catherine, y sus hijos, el príncipe George, de 8 años, la princesa Charlote, de 7, y el príncipe Louis, del Palacio de Buckingham al Horse Guards Parade, una zona para desfiles ceremoniales a 0.6 millas, donde se realiza el Trooping the Color.
La tradición anual es una representación ceremonial de la forma en la que los estandartes, o colores, se mostraban a los soldados para asegurarse de que reconocieran un punto crucial de redada si se desorientaban en combate.
El príncipe Carlos, el heredero al trono de 73 años, tuvo un papel clave durante el evento al sustituir a su madre en ciertos momentos, como lo ha hecho más frecuentemente últimamente.
Ataviado con su uniforme militar ceremonial, Charles llegó a caballo al terreno del desfile y saludó a las tropas que pasaban frente a él con sus túnicas escarlata y sus sombreros altos tradicionales, conocidos como bearskin. Charles estuvo flanqueado por su hermana, la princesa Ana, y su hijo, el príncipe William.
Decenas de miles de lugareños y turistas se formaron en la ruta entre el palacio y la zona del desfile militar para participar en el espectáculo y sentir el ambiente.
“Estuve justo enfrente.... Estoy muy orgullosa de la reina”, dijo Celia Lourd, de 60 años. “Ella ha sido mi reina toda la vida, y creo que le debo mucho por el servicio que ha dado al país, así que quería venir a mostrar mi apoyo hoy y decir gracias”.