BANGKOK - La población de tigres salvajes de Tailandia se ha duplicado en los últimos siete años, de entre 60 y 80 en 2013 a 160 ejemplares en 2020, además de extenderse a nuevos territorios en el oeste del país, donde se han avistado algunos ejemplares de esta especie en por primera vez en cuatro años.
Coincidiendo con el Día Internacional del Tigre, el secretario permanente de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Pongboon Pongthong, reveló este miércoles estos datos y señaló en un comunicado que el aumento en la población de estos felinos se debe "al duro trabajo de guardas forestales y la dedicación de las personas interesadas en la conservación de los tigres".
Este miércoles, la organización de defensa de los felinos salvajes Panthera hizo pública una serie de vídeos y fotografías de tigres en el oeste de Tailandia, obtenidas con cámaras de alta definición ocultas en la jungla en colaboración con las autoridades tailandesas, lo que supone el primer avistamiento en cuatro años de estos felinos en dicha región.
"Estos avistamientos son extremadamente alentadores en lo que respecta al futuro de los tigres en nuestro país y más allá de sus fronteras", señaló Saksit Simcharoen, investigador jefe del Departamento de Parques Nacionales y Conservación de la Fauna y Flora Salvajes de Tailandia, en un comunicado difundido por Panthera.
"Nuestros guardas y socios de Panthera ya la Sociedad Zoológica de Londres están vigilando cuidadosamente la región para determinar si esos especímenes están estableciendo sus territorios propios, lo que en última instancia contribuiría a conseguir el objetivo de aumentar en un 50% la población de tigres en Tailandia para 2022", añadió el científico.
Los tigres salvajes son muy apreciados en países como China, donde son empleados en la elaboración de medicinas tradicionales, y su tráfico ilegal en Asia es una de las mayores amenazas para la preservación de la especie.
Se calcula que India acoge en torno al 70% de la población mundial de estos felinos, que también subsiste en otras naciones asiáticas, aunque en Laos, Birmania, Camboya o Vietnam prácticamente se han extinguido.
Los proyectos mineros masivos, la construcción de presas o la destrucción de su hábitat para crear cultivos figuran entre las principales amenazas a esta especie.
Además, la organización ecologista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) publicó a principios de julio un informe en el que denunciaba el uso de cepos, cuyo número calcula en al menos 12 millones, por parte de cazadores furtivos en varios países del Sudeste Asiático como la principal amenaza para los tigres de la región.