MIAMI - Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) actualizaron las medidas que rigen para los cruceros desde puertos de Estados Unidos, pero mantuvieron la recomendación a la población de no embarcarse por placer.
Se trata de una nueva fase del Marco de la Orden de Navegación Condicional vigente desde el 30 de octubre, según un comunicado de los CDC, una entidad del Gobierno que ha recibido numerosas peticiones para que afloje las restricciones impuestas a la industria de cruceros por la pandemia, especialmente desde Florida.
Entre las medidas de la nueva fase abierta por los CDC está la necesidad de informar a diario de la incidencia de COVID-19 a bordo (antes era semanal) y algunos cambios en el código por colores para clasificar los barcos según esa incidencia y en la frecuencia de las pruebas que se hacen a la tripulación.
Junto con las instrucciones para las compañías de cruceros para adaptarse a la nueva fase, los CDC reiteraron sus recomendaciones a la población en relación con los viajes turísticos marítimos o fluviales.
"Evite viajar en cruceros, incluyendo los fluviales, en cualquier lugar del mundo, porque la posibilidad de contraer COVID-19 en ellos es más alta y el virus parece propagarse más fácilmente entre personas en recintos cerrados a bordo de esos barcos", señalaron los CDC en un comunicado.
El mensaje hace hincapié en que esa recomendación es "especialmente importante" para personas con un riesgo mayor de enfermedades graves.
Para las personas que decidan no tomar en cuenta su recomendación, los CDC publicaron una serie de medidas "para proteger a otros cuando regresen" del viaje.
La primera es hacerse una prueba de COVID-19 entre 3 y 5 días después del viaje y quedarse en casa siete días, incluso aunque la prueba de negativo. Si el resultado de la prueba es positivo, la persona debe aislarse y si no se hace la prueba, quedarse en casa por lo menos diez días.
En todos los casos hay que evitar estar cerca de las personas con mayor riesgo durante 14 días y seguir las recomendaciones y normas de los autoridades sanitarias estatales y municipales.
Además, los CDC dijeron que están trabajando con la industria de cruceros y los socios portuarios "para reanudar la navegación cuando sea seguro hacerlo, siguiendo el enfoque por fases".
Ron DeSantis, gobernador de Florida, estado con dos de los mayores puertos de cruceros del mundo, Port Miami y Port Everglades, ha amenazado incluso con demandar a los CDC si no permiten pronto la navegación de cruceros desde EEUU, que está paralizada desde hace más de un año por decisión del organismo con sede en Atlanta.
En su más reciente informe, la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), que representa a 95 % de las compañías con cruceros oceánicos, califica de "devastadoras" las pérdidas por COVID-19.
Entre marzo y septiembre de 2020 se presentaron pérdidas globales de $77,000 millones, $23,000 millones en salarios y 518,000 puestos de trabajo debido a la pausa de las navieras, según CLIA.
Al margen de la orden de los CDC, varias líneas de cruceros como Royal Caribbean, con sede en Miami, anunciaron que reanudarán sus viajes este verano desde puertos de otros países como Bahamas y Bermudas, con restricciones y medidas como que todos los pasajeros mayores de 18 años deben vacunarse antes de abordar.