Brasilia. Los gobernadores de los 27 estados de Brasil anunciaron el miércoles que desoirán las críticas hechas por el presidente Jair Bolsonaro a las cuarentenas que han impuesto por el coronavirus y que seguirán apegados a los consejos de la OMS.
En mayor o menor medida, los gobernadores han restringido tanto las actividades económicas como la circulación de personas debido a la creciente incidencia de la COVID-19 en un país de 210 millones de habitantes, en el que, según los últimos datos oficiales, hay 2,433 contagiados y 57 muertes, casi un mes después del primer caso.
A pesar de ese cuadro, y en un pronunciamiento en cadena de radio y televisión, Bolsonaro criticó el martes a los gobernadores y los instó a levantar esas restricciones, convencido de que la "vida debe seguir", los "empleos tienen que ser mantenidos" y los "ingresos de las familias tienen que ser preservados".
El líder de la ultraderecha brasileña desafió las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), calificó al virus de "gripecita" y afirmó que "no hay por qué cerrar escuelas", cuando "en el mundo" los más afectados por la pandemia son los mayores de 60 años, entre los que él mismo está, con 65 cumplidos el pasado sábado.
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En una videoconferencia realizada este miércoles entre 26 de los 27 gobernadores, se acordó mantener las medidas restrictivas pese a la opinión del mandatario, y seguir "estrictamente" los consejos de la OMS y casi toda la comunidad científica internacional, que defienden el aislamiento social para frenar al coronavirus.
El único ausente en la videoconferencia fue el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, quien fue el primero en aplicar restricciones a la actividad económica y ya había anticipado que las mantendría.
En la misma línea que los gobernadores se manifestó el Frente Nacional de Alcaldes, que agrupa a los jefes de los 5,571 municipios del país, que han adoptado sus propias medidas restrictivas dentro del marco de sus posibilidades constitucionales.
En una nota oficial, el Frente Nacional de Alcaldes aclaró que sus miembros "continuarán siguiendo las recomendaciones de la OMS y, hasta el momento, del Ministerio de Salud", que en parte ha dado apoyo a las medidas restrictivas adoptadas por estados o municipios.
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Según los alcaldes, "la postura del presidente es aislada" y en los municipios se adoptarán las medidas necesarias para "cuidar la vida de la personas y de los ciudadanos de todas las edades, lo cual debe ser el principio humanitario de quien tiene la responsabilidad de liderar", bien sea "en un ayuntamiento, un estado o el país".
A pesar del discurso de Bolsonaro, las cuarentenas son apoyadas de alguna forma por el Gobierno a través del Ministerio de Salud, cuyo titular, Luiz Henrique Mandetta, consideró este miércoles que, en casos que no precisó, pudo haber "algún error al calibrar" las medidas.
"La cuarentena es un remedio extremadamente amargo" y pudiera limitarse a "un barrio o una ciudad" en vez de afectar a todo un estado, indicó el ministro, quien agregó que en los últimos días hubo un "efecto cascada de cuarentenas" en el país, que incluso ha llegado a municipios que no han registrado casos de COVID-19.
Otros apoyos y rechazos
Los gobernadores no son los únicos rebeldes. El Supremo Tribunal Federal ratificó los planes contra el virus que Bolsonaro había impugnado. Los titulares de ambas cámaras legislativas censuraron el discurso televisado del presidente. Diversas compañías donaron materiales para las acciones estatales contra el COVID-19. E incluso algunos de los firmes partidarios del presidente se han sumado a los detractores.
Bolsonaro arguye que una paralización de actividades podría perjudicar mucho la economía ya de por sí golpeada del país, y desatar una agitación social de peores consecuencias que enfrentar el virus solamente con medidas limitadas de aislamiento. El mandatario les dijo a los reporteros en la capital Brasilia que ha escuchado a su colega estadounidense Donald Trump y considera que los enfoques de ambos son bastante similares.
“¿Qué debe hacerse? Poner a la gente a trabajar. Cuidar a los ancianos, a quienes tengan problemas de salud. Pero nada más que eso”, afirmó Bolsonaro. “Si nos acobardamos, si optamos por el discurso fácil, que todos se queden en casa, será el caos. Nadie producirá nada, habrá desempleo, se vaciarán los refrigeradores, nadie podrá pagar sus facturas”.
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Bolsonaro ha encontrado cierto apoyo entre su base —el hashtag #BolsonaroTieneRazón marcó tendencia en el Twitter de Brasil—, pero ese respaldo se ha visto acallado en público debido a una semana de protestas nocturnas de muchos que se pusieron en cuarentena voluntaria, y que hacen sonar ollas y cacerolas desde sus ventanas.
El gobierno de Bolsonaro también ha enfrentado las críticas de economistas, incluyendo a Armínio Fraga, exgobernador del banco central, y Claudio Ferraz, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro.
“Brasil está siendo testigo de algo único, una insurrección de gobernadores”, escribió Ferraz en Twitter. “Este será un nuevo tema en la ciencia política: los controles y contrapesos de los gobernadores en un Sistema Federal”.
Candido Bracher, presidente del mayor banco privado de Brasil, Itaú Unibanco, censuró la forma en que Bolsonaro ha manejado la crisis durante una entrevista con el periódico O Globo publicada el miércoles. Su banco y compañías como la gigante petrolera Petrobras, la minera de hierro Vale y la cervecera Ambev han entregado grandes donaciones a gobiernos estatales para contribuir al combate del coronavirus.
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El gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, otro exaliado de Bolsonaro, le dijo al presidente en la videoconferencia que no atendería el llamado del mandatario de flexibilizar los protocolos de distanciamiento social.
Otros gobernadores que no habían expresado críticas han comenzado a hacerlo.
El gobernador del estado de Goiás, el doctor Ronaldo Caiado, que había sido aliado cercano de Bolsonaro, dijo el miércoles a la prensa que está redefiniendo la relación entre ambos.
“No puedo permitir que el presidente se lave las manos y responsabilice a otros del derrumbe económico y la pérdida de empleos que se vienen”, declaró Caiado. “Ese no debe ser el proceder de un gobernante”.
Caiado participó el miércoles en la noche en una reunión de los 26 gobernadores de Brasil para coordinar sus acciones. El gobierno federal no fue invitado.
El gobernador de Santa Catarina, Carlos Moisés, cuyo estado le dio casi el 80% de sus votos a Bolsonaro en la segunda vuelta presidencial de 2018, emitió un comunicado en el que se dijo “sorprendido” por el discurso del mandatario. Moisés señaló que insistirá en que los habitantes permanezcan en casa durante la pandemia, al contrario de la recomendación del presidente.
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Bolsonaro decreta que las loterías deben seguir funcionando
Otra muestra de que Bolsonaro es uno de los más escépticos en relación a la gravedad del COVID-19, es que firmó un decreto en el cual establece que todas las casas de loterías del país deberán funcionar a pesar de la pandemia.
"En Brasil existen 12,956 casas de lotería y 2,463 se encuentran cerradas por decretos regionales o municipales", indicó el líder de la ultraderecha en su perfil de la red social Twitter, medio por el que anuncia muchas de las decisiones de su Gobierno.
Por la misma vía, agregó que, a fin de que las casas de loterías "puedan funcionar a plenitud", ha firmado un decreto ordenando que todas las que están bajo la órbita federal sean reabiertas a partir de este jueves.
La decisión fue interpretada como otra vuelta de tuerca a las discordias que mantiene con gobernadores y alcaldes que han adoptado diversas medidas que restringen la circulación de personas, sea en forma parcial o de cuarentena total en estados o municipios.